Con el finde de lluvia que hemos tenido no se me ocurría otra cosa mejor que sacar todos los bártulos y hacer unas galletitas.
¿Son cosas mías o tardes de lluvia y hacer galletas caseras combinan muy bien? Bueno, esta temporada he decidido que no me voy a enrollar mucho con las historias que os cuento y que voy a ir más directa al grano. También os digo que habrá días en que se me olvidará y os soltaré una chapa monumental, pero de momento hoy os salváis jaja.
Estas galletas las vi en Instagram, en el feed de Carolina de Comida Saludable (a la que podéis encontrar pinchando en este enlace @recetasdecolores), aunque si comparáis las suyas con las mías, no tienen mucho que ver, porque cogí su receta como base, e hice una versión probablemente más calórica que la suya pero igual de ricas y sanas.
Para unas 7 galletas grandes o 9 pequeñas, necesitaremos 100 gr. de harina de avena, 30 gr. de harina de trigo sarraceno, 40 gr. de AOVE (y un poquito más para fundir el chocolate), 20 gr. de bebida vegetal (usé de arroz), 5 ml. de edulcorante líquido, 1 cdita. de sal, 1 cdita. de bicarbonato, 1 chorrito de zumo de limón, 1 cdita. de impulsor químico, 6 onzas de chocolate negro mínimo 85% sin azúcar gluten ni lácteos, 7 o 9 cditas. (1 por galleta) de vuestra mermelada favorita (en mi caso de frambuesa y arándanos) y semillas de sésamo para adornar.
Lo dicho, que al final, salvo en que son galletas no coinciden en mucho más.
Se hacen en 5 minutos una vez tenemos los ingredientes. Yo preparé mis propias harinas a partir de copos de avena sin gluten y granos de trigo sarraceno utilizando un molinillo de café.
El primer paso es poner en un bol las harinas, la sal, el impulsor químico y el bicarbonato. Agregamos el chorrito de limón, la bebida vegetal, el AOVE y el edulcorante.
Amasamos con las manos hasta conseguir una bola de masa que dejaremos reposar unos 15 minutos a temperatura ambiente.
Mientras, ponemos el horno a precalentar a 180º.
En una bandeja de horno forrada con un papel vegetal vamos poniendo bolitas de masa del mismo tamaño un poco separadas entre sí porque al llevar el bicarbonato y el impulsor químico van a crecer un poco en el horno.
Cuando tengamos todas las bolitas, con la palma de la mano las aplastamos para darles forma de galleta y las horneamos durante 13 minutos a 180º.
El tiempo va a depender de vuestro horno y del tamaño de las galletas. Vigilarlas muy de cerca a partir de los 10 minutos. No tienen que salir duras, porque al enfriarse ya sabéis que endurecen, y tampoco es plan de rompernos los empastes zampandonos las galletas.
Cuando estén listas, las sacamos y las dejamos enfriar sobre una rejilla.
Una vez frías, les ponemos 1 cdita. de mermelada por encima a cada galleta y las cubrimos con chocolate (ponemos el chocolate troceado en el microondas junto con unas gotas de AOVE y lo fundimos vigilándolo cada 30 segundos para que no se nos queme).
Antes de que se solidifique el chocolate, adornamos con unas semillas de sésamo sobre cada galleta.
Os saldrán unas galletas súper ricas, húmedas por dentro con ese gusto a integral que le aporta el sarraceno y que contrasta de maravilla con el agridulce de la mermelada y el amargor del chocolate negro.
On egin.