Esta foto me devuelve a mi infancia por muchos motivos, me recuerda que nadie muere mientras no se le olvida y que a veces la vida, aunque sea una desgraciada te pone en el camino a gente a quién no esperabas pero que te devuelve por unos instantes la luz que has perdido por el dolor de la gente que se ha ido.
Esta foto tiene historia y alma. Esa fuente y esos cubiertos con esa pátina tan característica que les otorga el paso del tiempo, son de mi abuela.
Recuerdo los veranos en que esa fuente siempre se llenaba de patatas fritas cultivadas con el trabajo y el esfuerzo de mi abuelo y que mi abuela hacía en cantidades industriales para su única nieta que las devoraba antes de llegar a la mesa.
Aunque ya no están, esa fuente se sigue utilizando en mi casa porque siguen estando presentes en mi día a día al igual que mi madre que desde hace unos meses les acompaña.
Hoy no la llené de patatas fritas, sino de calabaza pero ésta tampoco es una calabaza cualquiera, es una calabaza que tiene detrás la historia de superación, fortaleza y lucha de dos bonitas personas a las que admiro profundamente y con las que adoramos pasar el tiempo.
Y dicho esto, vamos al lío con esta calabaza rellena de quinoa, verduras y texturizado de guisante que se hace en 40 minutos y está deliciosa.
INGREDIENTES:
1 calabaza cacahuete
1/2 cebolla
1 pimiento verde
1 pimiento rojo
1 zanahoria
1 ramita apio
100 gr. quinoa cocida
50 gr. texturizado de guisante (puede ser de soja, sojalitas o cualquier otro tipo de carne vegetal, jackfruit)
sal, pimienta negra molida
AOVE
2 cdas. especias ras el hanut
salsa de soja sin gluten
200 ml. caldo verduras / agua
queso vegano rallado
ELABORACIÓN:
Precalentamos el horno a 200º.
Cortamos la calabaza de forma longitudinal, quitamos las pepitas y le hacemos unos cortes en la superficie para que se ase antes. Le echamos un poco de sal, pimienta negra y un chorrito de AOVE. La ponemos en una bandeja y la metemos al horno durante 40 minutos a 180º (el tiempo es orientativo y dependerá del tamaño de la calabaza y de vuestro horno) .
Aprovechamos para cocer la quinoa (yo la dejo en remojo un mínimo de 12 horas con agua y sal y después la aclaro con agua fría para eliminar la mayor parte de saponinas).
Sofreímos con un poco de AOVE la cebolla, el pimiento rojo y verde, la zanahoria y el apio.
Cuando la cebolla esté transparente, añadimos la proteína vegetal, el ras el hanut y la quinoa ya cocida. Ajustamos el punto de sal y le ponemos pimienta negra molida al gusto y 1 chorrito de salsa de soja.
Por último vertemos el caldo de verduras y dejamos que se absorba por completo (no echéis todo de golpe, ir poco a poco porque a lo mejor no hace falta todo)
Dejamos reposar mientras se termina de asar la calabaza.
Pasados los 40 minutos, sacamos la calabaza del horno y quitamos la pulpa dejando sólo las paredes de la calabaza.
La chafamos con un tenedor y la agregamos a la quinoa con las verduras que teníamos reservada.
Con ayuda de una cuchara rellenamos cada mitad de la calabaza, echamos queso rallado por encima y lo metemos de nuevo al horno a gratinar.
(*) Como la calabaza era grande, sólo utilicé la pulpa de una de las mitades de la calabaza. Lo que me sobró lo guardé para hacer un bizcocho de calabaza.
On egin.