Tenía ganas de variar las galletas de vainilla clásicas que suelo hacer y no por nada porque las de vainilla me encantan, pero pensé que si la combinación de la naranja con el chocolate está espectacular en un bizcocho, en una tarta o en un Bundt Cake, en una galleta no iba a ser menos. Y efectivamente no me equivoqué, el resultado del experimento ha sido una galleta muy crujiente con un ligero sabor a naranja y con el remate del chocolate las han convertido en otras de mis favoritas.
Ya sabéis lo que me gusta hacer galletas, sobretodo comérmelas y claro está, una cosa lleva a la otra y me gusta tener mi latita de galletas siempre llena de galletas caseras. Las como siempre para desayunar, también con el café de después de comer o mientras preparo la cena. Es raro además que haya una galleta que no me guste, aunque sí recuerdo una vez (solo una vez) que compré unas y no me las pude comer, ya no me acuerdo de qué eran pero de lo que sí me acuerdo es de que eran horribles.
Hacer galletas no es nada complicado, cualquiera puede hacerlas. Tal vez sea un poco más pesado el tema de estirar la masa y darle forma a las galletas, ó también los tiempos de enfriado, que requieren de paciencia porque si esperas obtener tus galletas en cuestión de una hora, esta no es tu receta En cualquier caso merece la pena y mucho ya que obtendrás un montón de riquísimas galletas que además bien conservadas te pueden durar bastantes días, incluso meses, aunque dudo mucho que lleguen a tanto, ya que verás que en cuestión de dos o tres días no te queda ni una.
INGREDIENTES:
300 gr. de harina
100 gr. de azúcar glass
180 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
1 huevo
1 cucharadita de levadura química tipo Royal
1/4 de cucharadita de sal
El zumo de media naranja
La ralladura de una naranja
Un chorrito de leche
1 cucharadita de extracto de vainilla
80 gr. de chocolate especial para fundir
ELABORACIÓN:
Tamizamos juntos la harina, la levadura y la sal y reservamos.
Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que se mezclen bien ambos ingredientes. Añadimos entonces el huevo que habremos batido un poco previamente y continuamos batiendo hasta que se integre bien en la mezcla. Añadimos entonces el extracto de vainilla y la ralladura de naranja.
Bajamos la velocidad y comenzamos a añadir la harina. Echamos primero la mitad y batimos un poco. Añadimos el zumo de naranja y continuamos batiendo. Echamos el resto de la harina y el chorrito de leche y batimos hasta obtener una masa lisa aunque es posible que te resulte un poco pegajosa.
Hacemos una bola con la masa y la envolvemos en film transparente y la introduciremos en la nevera una hora por lo menos.
Pasado este tiempo, dividiremos la masa en dos y formaremos dos placas, estírando la masa entre dos papeles de hornear y con ayuda de un rodillo. El grosor dependerá de cómo quieras tú las galletas. Las que yo he hecho son de 6 mm.
Una vez que tengamos las dos placas bien estiradas, las volvemos a introducir en la nevera otra hora por lo menos.
Las sacamos y les damos la forma deseada con ayuda de un cortapastas. Vamos colocando las galletas sobre la bandeja de horno donde las vayamos a hornear, con el fin de no manipularlas mucho y las volvemos a meter en la nevera unos 20 minutos, esta vez para que se endurezcan un poco y no pierdan la forma durante el horneado.
Precalentamos el horno a 180ºC.
Sacamos las galletas de la nevera y las introducimos en el horno durante 15 minutos aproximadamente o hasta que observes que los lados comienzan a dorarse sin llegar a tostarse demasiado.
Sacamos la bandeja del horno y dejamos que reposen las galletas durante 5 minutos en la misma bandeja, antes de pasarlas a la rejilla donde finalmente acabarán de enfriarse.
Vamos derritiendo el chocolate al baño maría o en el microondas y lo introduciremos en una manga pastelera de plástico o en su defecto en una bolsita de congelar. Con unas tijeras cortaremos el extremo pero con la intención de dejar un agujerito muy pequeño y así poder hacer lineas finitas que es como más bonito queda el dibujo.
Cuando las galletas estén completamente frias las colocaremos sobre una bandeja y las decoraremos con el chocolate fundido de la manera que más nos guste.
ALGUNAS ACLARACIONES:
Puedes utilizar chocolate blanco, negro o con leche o incluso los tres, o simplemente dejarlas sin nada, porque la galleta en si ya es una maravilla.