Si el otro día compartía con vosotros la tarta de cumpleaños que me ha acompañado toda mi infancia, hoy quiero mostraros estas galletas cargadas de nostalgia y de amor ya que las he hecho para Marina que hoy cumple 13 años. Marina está estudiando fuera un trimestre, junto con Santi y antes de marcharse, decidí preparar una caja llena de regalitos en la que fui metiendo poco a poco cosas que sabía le harían muchísima ilusión y espero que así haya sido. Una de ellas fueron estas galletas que hice solo por y para ella, las hice con mucha ilusión aunque me da pena no poder ver su cara de sorpresa al verlas
La receta que he utilizado para la masa ha sido la que empleo habitualmente para decorar galletas con glasa ya que como ya os dije en la entrada de galletas decoradas, de todas la que he probado, es si duda la que a mi me ha resultado mejor, tanto de sabor como la resistencia que tienen a la hora de manipularlas y decorarlas.
INGREDIENTES:
250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
250 gr. de azúcar glas
1 huevo mediano y una yema a temperatura ambiente
650 gr. de harina tamizada
1 cucharadita de esencia de vainilla (o de lo que más te guste a ti)
Dos o tres cucharaditas de leche para ligar la masa
ELABORACIÓN:
Batir la mantequilla con la pala a velocidad 3 durante aproximadamente 2 minutos. Parar la máquina y bajar lo que haya quedado en las paredes.
Bajar la velocidad al 1 e ir añadiendo el azúcar a cucharadas.
Volver a parar la máquina, bajar de nuevo todo lo que haya quedado pegado en las paredes y añadir la esencia que hayamos elegido y el huevo con la yema ligeramente batido muy poco a poco y a velocidad 1. El huevo tiene que estar totalmente integrado antes de empezar a echar la harina.
Después de parar la máquina y bajar de nuevo todo lo que nos haya quedado en las paredes, comenzaremos a añadir la harina a cucharadas, una a una, de la misma manera que hicimos con el azúcar. Cuando hayamos terminado de echar toda la harina, añadiremos dos cucharadas de leche para ayudar a la masa a que se forme una bola, ya que en este momento estará desmigada, pero veréis como con un poquito de leche, conseguimos que se forme la masa que más tarde estiraremos. En caso de no conseguir que la masa se haya despegado completamente de las paredes y forme la bola que os digo, añadiremos otra cucharada de leche más.
En este momento, colocamos la masa sobre un papel de hornear y le damos una forma rectangular. La aplastamos un poco con las manos y la cortamos en cuatro. Ponemos cada cuarto entre dos papeles de hornear y los estiramos con el rodillo, si es de los que tienen anillas a los lados mejor, ya que así todas las galletas salen del mismo grosor.
Ponemos las cuatro planchas sobre una bandeja plana y la metemos en la nevera durante aproximadamente tres horas. Yo siempre la dejo un día porque cuando me propongo decorar galletas, no lo hago todo el mismo día, un día hago la masa, otro día corto y horneo las galletas y las guardo en una caja de metal y normalmente el fin de semana es cuando las decoro.
Precalentamos el horno a 180º C , arriba y abajo. Antes de cortar la masa con los cortadores, pasar el rodillo de nuevo para alisar las posibles imperfecciones que pueda tener la masa, sobretodo los lados, que a veces se dobla un poco alguna esquinita. Retiramos el papel de arriba y pasamos a cortar, vamos poniendo directamente las galletas en la bandeja que vamos a utilizar para hornearlas y una vez cortadas, metemos la bandeja en la nevera durante aproximadamente 10 minutos para que no pierdan la forma . La masa restante, la volvemos a estirar y la metemos en la nevera tal y como hicimos al principio y la estiraremos solo dos veces más porque de lo contrario, perderían la consistencia y no quedarían tan lisitas, que para decorarlas después es un engorro. Yo con lo que sobra después de estirar la masa tres veces, suelo hacer tres o cuatro galletas con sellos de esos de caritas y se las doy a los niños en cuanto se enfrían, les encanta.
Pasados los 10 minutos metemos las galletas en el horno durante aproximadamente 13 minutos o 15 dependiendo del tamaño de la galleta. Conviene poner siempre las del mismo tamaño porque no se hacen en el mismo tiempo las grandes que las pequeñas. Así que después de 13 minutos estaremos muy pendientes ya que un minuto más, puede hacer que las galletas se nos tuesten más de lo deseado, y aunque no se quemen, a mi personalmente no me gusta nada como quedan las galletas decoradas cuando están demasiado tostadas. Sabremos que la galleta está lista cuando empieza a coger color por los lados. Yo os recomiendo siempre poner un temporizador que te avise para que ninguna distracción nos haga estar pendientes a partir de esos 13 minutos. En ese momento sacamos la bandeja del horno y las dejamos cinco minutos antes de pasarlas a la rejilla para que se enfríen, ya que nada más sacarlas del horno, están aún blanditas y se podrían romper al manipularlas. Pasados los cinco minutos, ya verás como están totalmente firmes y las puedes pasar a la rejilla con la pala especial para galletas.
Ahora ya puedes decorar tus galletas como más te guste, verás que al principio puede resultar un poco difícil y no todas te saldrán como para sacarles una foto, pero poco a poco y a medida que vayas decorando más galletas, aprenderás la técnica correcta para que tus galletas queden perfectas.
ALGUNAS ACLARACIONES:
Los caramelos que he puesto de decoración son los preferidos de Marina, así que seguro que le va a encantar esta entrada cuando la vea