Con una misma receta, y de una misma masa, podemos hacer dos tipos diferentes de galletas. Unas galletas muy especiales, las que solíamos comer en nuestra infancia. Me refiero a las galletas María y las Napolitanas, éstas últimas con azúcar y canela por encima. ¿Las recordáis?
¿Cómo no recordarlas? Las mojábamos de dos en dos, de tres en tres y hasta las dejábamos en remojo en la leche para tomarlas con cuchara. Pero, no sé si a vosotros os pasará lo mismo que a mí: las galletas María no me saben igual de ricas que cuando era pequeña. ¿Será porque el sentido del gusto, al hacernos adultos, cambia? O, igual, es simplemente que han cambiado la receta.
El caso es que esta receta de galletas "tipo María" es la que le he mangado a Ivan del blog Plademunt "El restaurante imaginario" para nuestra cita mensual del Asaltablogs.
Y, ¿se parecen a las auténticas galletas María? En cuanto a la textura, cuando están recién hechas, sí se parecen. En cuanto al sabor, no mucho. Pero, ¿están ricas? ¡Muy ricas! Y merece la pena hacerlas, mucho. De hecho, se hacen en un plis plas. Si no hace mucho calor, no será necesario que introduzcamos la masa en la nevera, por lo que sólo tendremos que amasar los ingredientes, formar las galletas y hornear.
Y con la misma masa de las galletas "tipo María", aprovechando que estaba con las manos en la masa, he preparado éstas similares a las galletas napolitanas. Y, éstas son una auténtica delicia.
Os animo a preparar esta receta de galletas, en sus dos versiones, y que después me digáis qué os parecen y cuál os gusta más.
(Masa para 30 galletas, aproximadamente)
- 250 gr. de harina de todo uso
- 5 gr. de levadura química
- 1 gr. de sal
- 80 gr. de azúcar
- 90 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 1 huevo
- 75 ml. de leche
Para las galletas napolitanas:
- 3 cucharadas de postre de canela molida
- 3 cucharadas soperas de azúcar blanco
Batiremos el huevo y reservaremos la mitad. La otra mitad del huevo la pondremos junto al resto de ingredientes y mezclaremos y amasaremos hasta que obtengamos una masa compacta y manejable que no se nos quede pegada a las manos. Tendremos que amasar de cinco a diez minutos sobre la encimera, previamente enharinada.
Si no hace mucho calor, no será necesario dejar enfriar la masa en la nevera. En ese caso, estiraremos la masa con la ayuda de un rodillo. La masa debe quedar bien finita porque al llevar levadura sube en el horno.
Cortaremos las galletas. Tranquilos, no hace falta tener un cortador especial. Yo lo he hecho con un vaso y les he hecho algún dibujito. Aunque si tenéis un cortador con el dibujo original de la galleta, quedará muy chulo.
Pondremos las galletas sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal. Y las pondremos a hornear, a unos 180º C, hasta que veamos que están doraditas.
¿Queréis hacer las galletas napolitanas? Se hacen igual, con la misma masa sólo que a ésta le añadiremos un poco de canela molida, al gusto. En lugar de cortarlas con forma redonda, podéis hacerlo con forma cuadrada, como es típico. A estas galletas napolitanas las untaremos huevo por encima, con una brocha de silicona, y las espolvorearemos con azúcar y canela. Y, el resto es igual. Hornear hasta que estén doradas.
¿Queréis otras recetas de galletas? Mirad estas de avena y coco, o éstas de mantequilla súper fáciles.
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