Tengo la sensación de que me paso la vida amasando y horneando y en casa gastamos más harina, huevos y azúcar que nunca en la vida. Por no pensar en la factura del horno, enciendiéndolo casi cada tarde desde hace dos semanas.
Pero no todo es malo, no os vayáis a pensar. Comer ricas galletas caseras recién hechas y sorprenderte cuando al cabo de una semana guardadas en la lata están igual de buenas, realmente vale la pena.
Ver a la cachorrita pequeña disfrutar con las manos en la masa y con los vídeos del curso, mucho más. Siempre podremos hacer galletas juntas cuando llegue a la adolescencia y nos tiremos los trastos a la cabeza ;)
Estas galletas, que casi parecen un pastelito pero no lo son porque son crujientes como las mejores, son mis favoritas hasta el momento. Por eso no podía dejar de tener la receta en este blog que es mi cuaderno de cocina. Por eso y en agradecimiento a Mantequera de Tineo que me mandó un lote de sus geniales mantequillas para que comprobara que con buenos ingredientes salen recetas excepcionales.
Receta de galletas vienesas
Para la masa:
1 huevo
1 clara
275 gr. de harina de todo uso
150 gr. de mantequilla Imperial de Mantequera de Tineo
la ralladura de una naranja
Para el relleno:
una manzana
3 cucharadas de mantequilla Imperial de Mantequera de Tineo
1 cucharadita de canela
120 gr. de azúcar
Para espolvorear:
azúcar
canela
Preparamos la masa: mezclamos el huevo, la clara y la mantequilla, que tendrá que estar en pomada (blandita, pero no derretida) con la harina y la ralladura de naranja. Cuando obtengamos una masa firme, la envolvemos en papel film y reservamos durante media hora en la nevera.
Mientras, preparamos el relleno: pelamos y descorazonamos la manzana, la picamos en trocitos pequeños y mezclamos con el resto de ingredientes. Reservamos.
Precalentamos el horno a 180ºC
Sacamos la masa de la nevera, la partimos por la mitad. Estiramos una de las dos mitades entre dos láminas de papel de hornear; hemos de procurar que quede más bien fina.
Cortamos la masa en cuadrados y ponemos una cucharadita del relleno en cada uno de ellos.
Tomamos un pedazo de la masa con relleno sobre la palma de nuestra mano y cerramos haciendo una especie de atillo y pegando la masa en la parte superior.
Disponemos en una bandeja de horno forrada con papel de hornear o con una lámina de silicona, espolvoreamos con azúcar y canela a nuestro gusto y horneamos hasta que estén doraditas, unos 10-15 minutos como mucho.
Dejamos enfriar las galletas sobre una rejilla.¡Prueba a comerte una cuando aún esté templada!
Si quieres aprender a hacer esta y muchas otras galletas exquisitas y pasar un rato estupendo con ello, te recomiendo hacer el curso de Aliter Dulcia. Eso sí, compra unas cuantas cajas de lata para conservarlas y busca amigos y compañeros de trabajo dispuestos a ayudarte a consumirlas porque si no, como dice el papá de los cachorritos: "este curso nos va a costar unos cuantos gramos de más".
Quien dice gramos, dice kilos... avisados estáis.
¡Feliz jueves!