Después de un breve descanso, vuelvo a lo grande y con celebración incluida. Hoy Rebelión cumple 1 añito ya. Sí, un estupendo año donde he disfrutado como una enana (y espero que siga siendo así). Durante este año, la cocina, se ha vuelto día a día más importante en mi vida [si yo os contara... hasta mi vida profesional gira entorno a las cocinas, jeje, aunque no de forma gastronómica, pero bueno ese no es el tema...], he descubierto y aprendido un sin fin de técnicas, ingredientes nuevos, gastronomía de otros países... recetas por un tubo, y las que me quedan por conocer. Y lo que es más importante, gracias al blog he conocido gente maravillosa, tanto virtualmente como en la vida real, para quitarse el sombrero.
Muchos ya sabéis que escribo las entradas prácticamente el día antes de publicar, aun no he conseguido llevar por adelantado y bien organizado el proceso de publicación. Por lo que, la semana pasada, me di cuenta que este mismo viernes, haría un año justo de mi primera publicación, 6-02-14, aiis casi como una relación de amor, jejeje, aquella que decía ¡HOLA! con entusiasmo, alegría y ganas de pisar fuerte en este mundo, sin pretensiones de ningún tipo, solo poder compartir las recetas que día a día invaden en mi cocina y poder de algún modo anotar los ingredientes y cantidades, en resumidas cuentas, realizar un recetario al alcance de todos.
Una de mis limitaciones es el tiempo que dedico al blog, un conflicto bastante interno en mi. Me encantaría poder dedicarle mucho más, es decir, mimar un poco más este espacio, poder reflexionar a fondo sobre lo que pongo por aquí, como trabajarlo, visitar otros blogs. Considero que todos estos puntos hacen que mejore, el blog es mi imagen virtual, una imagen que me gusta cuidar, desde el texto que pongo, la fotografía e incluso me cuestiono si elegí bien el nombre del blog. Se que es un nombre muy fuerte y rompedor, y en cambio la imagen del blog la veo, suave y dulce, quizás no casan bien entre si. (Os dejo que opinéis...)
Otras de las cosas que iba a decir que no me explico, era de donde saco la fuerza y entusiasmo para seguir día a día, pero mentiría en ello, y es que cada comentario, cada visita y sobre todo, el apoyo incondicional de la familia, amigos y conocidos, es posiblemente la mejor inyección de adrenalina, y no será menos, cuando recibes mensajes de familiares y amigos diciéndote que les encanta lo que haces, que te leen, que les da ganas de ponerse a cocinar... en esos instante es como estar en el cielo (quizás un poco exagerado) pero si, en Los mundos de Yupi (que es de mi generación, jejeje)
Así que, muchas, muchas gracias a todos vosotros, a mi familia, a todos los seguidores de las redes sociales, y por supuesto a las Bloggers de Castellón, que cada una con su temática y nuestro mutuo apoyo hacemos que nuestros hobbies sean nuestro sello de identidad, sois magnificas chicas y seguid haciendo lo que hacéis!
Y después de este plomazo, queda lo mejor, el postre de hoy. Tarta, con mucho significado, Guinness Layer Cake, récord para mi por seguir al pie del cañón después de un año y récord para vosotros por haber leído hasta el final, jejeje. Esta tarta fue flechazo a primera vista, ingredientes que me chiflan, cerveza negra y chocolate ¡Esto debe ser pecado mortal!, pensé. Y tanto que lo es, mortal, quizás no, porque si no, no seguiría viva, pero pecado, seguro. Así que... ¡Venga! A ponerse el delantal, manos a la obra y disfrutarla....
GUINNESS LAYER CAKE
[fuente: La rosa dulce]
INGREDIENTES:
Para el bizcocho:
125 ml de cerveza Guinness
100 ml de aceite de oliva
40 gr de cacao en polvo "Valor"
200 gr de Azúcar moreno
100 gr de harina integral
100 gr de harina de repostería
1 sobre de levadura "Royal"
100 ml de nata (crema de leche) light "Asturina"
1 Cucharadita de vainilla en polvo
2 huevos medianoPara la cobertura:
1 terrina de queso philadelphia light
60 gr de azúcar moreno
200 ml de Nata (crema de leche) light "Asturina.PREPARACIÓN:
Para el bizcocho:
Precalentamos el horno a máxima potencia, es decir 250º C
En un cazo, calentamos la cerveza, a fuego medio y sin que llegue a hervir. Añadimos el aceite de oliva. Removemos bien, apartamos del fuego y reservamos.
Mezclamos en un recipiente los ingredientes secos, cacao, azúcar, harina y levadura en polvo. Y reservamos.
Con la ayuda de las varillas eléctricas , mezclamos el huevo con la nata (crema de leche) y la vainilla, hasta que quede homogéneo.
Vertemos la cerveza y seguimos batiendo, y añadimos la mezcla de ingredientes secos, hasta que integren completamente.
Preparamos con un poco de aceite el molde para hornear, para poder desmoldar fácilmente.
Vertemos la masa en el molde ( en mi caso molde de 18 cm).
Introducimos y bajamos la temperatura del horno a 200ºC
Transcurridos 30-45 minutos estará listo. [Comprobar mediante la técnica del palillo, cada horno es un mundo]
Transcurridos 15-20 minutos estará listo para desmoldar.
Reservamos hasta el montaje cubierto con papel film dentro la nevera.
Para la cobertura:
En un bol, mezclamos la nata (crema de leche) bien fría, con la mitad del azúcar con la ayuda de las varillas eléctricas y reservamos.
Por otra parte, mezclamos el queso de untar de "Philadelphia" con e restante de azúcar.
Con la ayuda de una espátula y con movimientos envolventes integramos el queso con la nata (crema de leche). Una vez integrado, para que no pierda consistencia, seguimos batiendo a máxima velocidad hasta que quede la cobertura bien densa.
Para el montaje.
Rebanamos el bizcocho por la mitad.
Ponemos la base sobre el plato a servir y cubrimos con una capa bien gruesa con la cobertura.
Depositamos la otra rebanada, a modo sandwich. Y cubrimos el bizcocho el resto de la mezcla de la cobertura, podemos cubrirlo con la ayuda de la manga pastelera u otros utensilios.
Espolvoreamos el final con un poco de cacao en polvo (opcional).
Muchas gracias por las visitas y comentarios.
Hasta la próxima semana.
Un beso