¿Aún pensando en la cena....?
Esta es una de esas recetas que casi da cosa ponerla en un blog por la sencillez de su elaboración, pero no he podido resistirme porque me parecen unos bocados perfectos para tomar como tentempié en cualquier momento del día ya que tanto recién hechos como en frío están deliciosos. Como ya he comentado, se preparan en un periquete y disfrutareís de un bocado crujiente y con un sabor intenso que, para los amantes de los quesos fuertes, será especialmente toda una delicia. ¡¡Espero que os gusten!!
1 lámina de hojaldre
200 gr de queso Roquefort
100 gr de nata (crema de leche) para montar
50 gr de nueces troceadas
30 gr de pasas o dátiles deshuesados
1 huevo batido
Semillas de lino o sésamo
Antes que nada, si el hojaldre es congelado, descongélalo a temperatura ambiente.
Vierte la nata (crema de leche) en un bol y móntala con la ayuda de unas varillas. Una vez montada, añádele el queso y mezcla hasta conseguir una crema espesa y homogénea. Incorpora las nueces y las pasas o dátiles picados, mezcla y reserva en el frigorífico.
Una vez tengamos el hojaldre descongelado, córtalo en discos con la ayuda de un cortapastas.
Ahora corta los discos de hojaldre por la mitad y pinta las medias lunas obtenidas con el huevo batido. Decora con las semillas.
Introduce los hojaldres en el horno y sácalos una vez estén bien dorados. Déjalos enfriar y córtalos por la mitad, como si se tratase de un bocadillo.
Rellena cada hojaldrito con la crema de roquefort, nueces y pasas o dátiles que le aportarán un toque agridulce. ¡¡A disfrutar!!