El rossinyol (rebozuelo, anacate o chantarela) es una seta agradable de sabor y tiene rendimiento culinario tanto guisada como en conserva o seca (se conservan hasta un año a temperatura ambiente).
El rovelló (níscalo) es una seta deliciosa, con una carne compacta, de olor dulce y suave, que se oxida rápidamente, de ahí el nombre de rovelló ( rovellat=oxidado).
No os voy a engañar, creo que la presentación del plato podría mejorar...
INGREDIENTES:
(Para 1 o para compartir)
- 1 huevo bien fresco
- 1 patata grande o 2 medianas
- 3 dientes de ajo
- 500 g de las setas que más os gusten, en éste caso, rovellos (níscalos) y rossinyols (rebozuelos)
- Unas ramitas de perejil
- Aceite de oliva 0.4º
ELABORACIÓN:
Pelar la patata y cortarla en discos de 0.5 cm, más o menos. Dejarlas en remojo.
Limpiar las setas con un papel de cocina humedecido (no remojéis las setas) y cortarlas a 1/4.
En una tacita de café, poner papel film y untarlo con aceite. Verter el huevo y liarlo haciendo un paquetito.
En una cazuelita con agua hirviendo, sumergidlo un sólo minuto. Retirarlo y reservarlo en la tacita.
Escurrir las patatas y secar. Freírlas en abundante aceite (no tiréis ese aceite porque se puede volver a usar). Reservar en papel de cocina.
Pelar los dientes de ajo y laminarlos. Freirlos en una sartén con 3 cucharadas del aceite de las patatas. Retirar los ajos y freir las setas, sólo 5 minutos, queremos que queden "al dente".
Espolvorear un poco de perejil picado.
Y ya podemos presentar nuestro plato. Lo chulo es cortar el huevo en el momento que lo vayamos a comer.
Fuente: este post proviene de Blog de fresasconmarta, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Modificado: