Inspiración: se dice de la musa creativa que todos llevamos dentro y que los lunes decide quedarse en la cama. Tristemente parece quedarse acurrucada junto a la simpatía y el buen humor porque hoy en el autobús no he visto más que caras largas.
Y la verdad que te pones a pensar y te dices, ¿será todo culpa de los lunes? Qué mal día? yo en mi próxima vida no quiero ser lunes? ni domingo. Así que hoy me he propuesto combatir la mala leche pensando que por ejemplo era martes. Y aunque el despertador parece no haberse puesto de mi lado, no me voy a rendir.
¿Qué cuáles son mis armas? Pues dar los buenos días, ponerse unos zapatos bonitos y sonreír, eso es lo que más confunde a la gente. Todo el mundo se queda mirando y ¿ésta? ¿Por qué sonríe tanto? Aunque claro, tampoco hace falta parecer una maniaca. Y por no ser unos gruñones algunos deciden imitarte.
Y por supuesto, un arma infalible es comer bien. Todo el mundo con el estómago lleno es más feliz, y sino recordar la campaña de Donuts: “Empieza el día redondo” y venga a caer dulces del cielo (aunque si lo hubiesen hecho de lunes seguro que la gente se quejaría). Así que nosotras hemos pensado en cocinar algo para matar el frío: patatas con setas salteadas y yema de huevo mollet. Sí, ponerle un nombre de restaurante a algo tan sencillo, también me hace reír :D.
Ingredientes...
8 patatas de tamaño mediano.
250g. de setas.
2 huevos.
Ajo en polvo (o natural), sal, perejil y pimienta negra.
Aceite de oliva virgen extra.
Con las manos en la masa...
Lavamos bien las patatas y las cocemos en una cazuela con agua con sal, durante 40 minutos aproximadamente, hasta que estén tiernas.
Mientras tanto, ponemos a cocer los huevos en un cazo con agua y un poco de sal. Para conseguir los huevos mollet tenemos que cocinarlos, desde el momento que el agua comienza a hervir, exactamente 5 minutos. Una vez pasado ese tiempo, los lavamos en agua fría para cortar la cocción de los mismos.
Limpiamos las setas y las salteamos, 10 minutos, en dos cucharadas de aceite de oliva, ajo en polvo (puede ser natural) y perejil picado.
Cuando todo esté listo, emplatamos. Cortamos las patatas en rodajas y las ponemos en la base del plato, les echamos una pizca de sal, pimienta negra molida y perejil. A continuación, colocamos las setas y finalmente el huevo. A mi personalmente me encantan las yemas así que lo que hago es quitar la clara (aprovechándola en otro plato) y situarla encima. De esta forma cuando la rompemos se convierte en la salsa del plato.