No se trata de que cocines con ingredientes costosos y exóticos. Simplemente que nos dejamos llevar por la rutina y terminamos cocinando siempre lo mismo... Surte tu despensa con lo básico y haz uso de ese producto en distintas formas:
Arroz. Hazlo guisado, en pastel de arroz, en torrejitas para la cena, como postre preparando un rico arroz con leche, en una sustanciosa sopa de arroz; sigue siendo el mismo corbohidrato pero medo variado.
Pasta. Consúmela en distintos diseños (lasaña, pasticho, pasta corta, plumitas, vermicelli), hazla en sopas, en ensalada fría aderezada con mayonesa o en un rico timbal con huevos batidos y harina de trigo.
Granos. Por demás deliciosos y excelente proteína vegetal, prepáralos en su forma tradicional, en sopas y potajes, lícualos como salsa espesa para pasta especialmente si lo haces con las caraotas rojas... es deliciosa. También puedes hacerlo en ensalada a la vinagreta (lentejas) y hasta en hamburguesas mezcladas con pan rallado, harina, cebollita y perejil.
Ensaladas. Pon a funcionar tu inventiva. Su riqueza en minerales y vitaminas te permite combinar una base cocida (papas, zanahorias, remolacha, coliflor, brócolis, etc.) y aderezalos en vinagreta con salsas agridulces, con trocitos de nueces, almendras, sustituyendo el vinagre por el nivel o la naranja, colocándole miel como complemento y disfrute del paladar.
Sopas. Por qué siempre hacerlas del tradicional fideo cuando una sustanciosa crema de verduras alegra el alma, o una tipo "menestra" o la sabrosa sopa de gallina. Colocále trocitos de salchichas, cuadritos de pan tostado, quesitos en daditos y hasta galletas saladas picadas, que espesan y le dan un rico sabor.
Anota alternativas, ya no hay excusas, es momento de introducir cambios refrescantes en tu cocina.