Estamos por lo tanto, ante un monumento nacional. Sin duda. El Kvaefjordkake toma su nombre de la ciudad de Kvaefjord, situada en Hinnoy, que es la isla más grande de Noruega, situada en el norte del país.
Esta delicia consta de un bizcocho suave, merengue crujiente cubierto de almendras y un relleno de crema de vainilla. Es, además, facilísimo de hacer, y el resultado espectacular.
En ocasiones, aunque yo no lo he hecho por pura vagancia, la crema pastelera del relleno se mezcla con nata montada (crema de leche), lo que la hace más suave y esponjosa. Yo, he de ser sincera, recurrí a un preparado comercial de flan y natillas... porque hay días que no dan para más...
Este pastel, no sé si será el mejor del mundo, que se ve que los noruegos apuntan alto, caramba, pero desde luego, sí merece ser probado, es muy suave, y muy apropiado para agradar a todo el mundo.
Kvaefjordkake, el mejor pastel del mundo
Ingredientes:
Para la base
100 g de mantequilla a temperatura ambiente.
120 g de azúcar.
4 yemas de huevo.
3 o 4 cucharadas de leche.
160 g de harina.
1 cucharadita de levadura tipo "Royal".
1 cucharadita de esencia de vainilla.
Para el merengue
4 claras de huevo.
200 g de azúcar en polvo.
100 g de almendras laminadas.
Para el relleno
1/2 sobre de Flanin (preparado comercial para flanes y natillas).
2 cucharadas de azúcar.
250 ml de leche.
(Si no sois unos vagos como yo hoy, aquí os dejo el enlace a la maravillosa crema pastelera de Bea)
Preparación:
1. Precalentamos el horno a 180ºC. Cubrimos el fondo de nuestro molde (mejor rectangular) con papel de horno y untamos las paredes con mantequilla. Reservamos.
2. Con ayuda de nuestra batidora o robot de cocina, batimos bien la mantequilla con el azúcar unos 4 o 5 minutos, hasta que forme una crema muy suave y blanquecina. Añadir la vainilla y seguir batiendo.
3. Sin dejar de batir, vamos añadiendo las yemas de huevo, una a una.
4. Añadimos aproximadamente la mitad de la harina. Mezclamos bien. Añadimos la leche y cuando esté bien incorporada, añadimos el resto de la harina junto con la levadura. Si vemos que la masa está muy espesa, le ponemos una cucharada más de leche.
5. Extender la masa del bizcocho en el molde formando una capa fina.
6. Para preparar el merengue, montamos las claras a punto de nieve. Cuando comiencen a estar firmes, vamos añadiendo el azúcar poco a poco, mientras seguimos batiendo. El merengue se podrá cada vez más blanco y brillante. Debe estar bien firme.
7. Extendemos el merengue por encima de la base de bizcocho sin hornear, y repartimos por encima las almendras laminadas.
8. Introducimos en el horno a 180ºC durante unos 25 minutos. Mientras se hornea preparamos el relleno, bien haciendo una crema pastelera, bien utilizando un preparado para flan o natillas (que fue lo que usé yo).
9. Cuando saquemos el bizcocho del horno, lo dejamos reposar aproximadamente una hora, antes de desmoldar. Con mucha precaución, lo partimos a la mitad y le retiramos el papel del fondo.
10. Sobre una de las mitades extendemos la crema ya fría, y colocamos encima la otra mitad del bizcocho, como si se tratase de un sándwich. ¡Listo para disfrutar!