¡Qué poco me duraron las vacaciones! ¡Quiero más! No obstante, vengo cargada de nuevas publicaciones para mostraros. Esta nueva es sobre una cafetería llamada La Cacharrería en Sevilla. Llevaba mucho tiempo queriendo ir, ya que son muy populares sus desayunos.
Sin embargo, para mi mala suerte, dio la casualidad que no pude ir a hacer la primera comida del día. Así que tuve que conformarme yendo a la merienda. No obstante, no me defraudó para nada, pues disfruté del sitio como una niña pequeña. Además, rodeada de amigos, ¿qué más puedo pedir?
La cafetería se ubica en la calle Regina y es el camino que comúnmente se suele tomar para ir a la Alameda, un lugar muy significativo de la ciudad hispalense, pues está lleno de bares, restaurantes, cafeterías, tiendas, etc. Es uno de los lugares más transitados de Sevilla.
Realmente, La Cacharrería lleva siendo una de las cafeterías más de moda en la ciudad y eso que es prácticamente diminuto el local. Su decoración es tremendamente acogedora y el servicio es simpatiquísimo. No es el típico bar castizo de Sevilla, es un lugar “modernito”, así como muy “hipster”.
No solo tiene fama de tener desayunos muy variados, sino que los dulces y tartas que ofrecen son todos caseros y os puedo asegurar que todos tienen una pinta estupenda. Fijaos en el chico tan guapo que sale en la imagen, parece el camarero, pero no, es mi querido novio, ¡jajajaja! Cuando lea esta parte le va a encantar.
Además, llama muchísimos la atención como en sus paredes suelen colocar céntimos. Las mismas son de piedra y tienen como salientes, que permiten que las monedas se sujeten. Lo que comenzó como una anécdota, ha terminado convirtiéndose en una práctica habitual y es tradición si vas a La Cacharrería posar céntimos en sus paredes.
En la carta podéis encontrar de todo, desde té, hasta café, smoothies, batidos, etc. En nuestro caso nos decantamos por zumos de naranja, un café moca, otro de vainilla y tarta de oreo. Esta última solo apta para los más dulceros.
Realmente me encantó todo de esta cafetería, hasta su vajilla vintage. Me quedé con las ganas del desayuno, pues deben poner unos bagels increíbles. Pero no importa, porque seguramente volveré.
Comida
Servicio
Presentación
Emplazamiento
Promedio
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