Hacía ya tiempo, pero hoy vuelve el "Club de las cocineras perezosas pero con ganas de postre" aunque en este caso, más que postre, con ganas de pasta. Esta es una receta que nos trajimos la última vez que estuvimos en Roma y que llevamos años haciendo en casa, pero en este último viaje me he puesto en plan "pro" y le he pedido a Nicoletta (mi amiga italiana) que me enseñase su manera de hacerlo para que esta receta sea lo más fiel posible a la real.
Es tan fácil que casi me da cosa publicarla, pero desde la primera vez que la probamos hace años cenando en un restaurante del Trastevere, me ha salvado la cena muchas veces, y muchos lunes de esos donde parece que alguien ha saqueado la nevera el fin de semana... Así que si estáis cansadas de los spaguetti con tomate, anotad la receta de pasta más sencilla del mundo (y perfecta para perezosas, por supuesto) y que además está muy pero que muy buena. ¿Queréis solucionar la cena en 10 minutos?? pues seguid leyendo...
Sólo tiene dos secretos: una buena pasta, si tiene forma de espiral mejor (Barilla vale, por ejemplo) yo me vine cargada de pasta italiana para acabar descubriendo que tienen la misma marca en el súper de al lado :-). Y un buen queso Parmigiano o Pecorino (si no lo encontráis en el súper, probad con un queso de oveja muy, muy curado).
Cocer la pasta perfectamente el tiempo indicado en el paquete. Es importante que el agua sea abundante y que hierva a borbotones para que quede perfectamente cocida. Nicoletta la deja herbir sin tapa, a fuego muy fuerte y ella es la italiana, así que yo copio...
Rallar el queso en el momento, esto es funamental (si sois más perezosas que yo incluso, podéis usar una picadora).
Una vez que está escurrida la pasta, regarla con un buen chorro de aceite de Oliva virgen, añadir abundante queso y pimienta al gusto (siempre recién molida). Si tenéis niños pequeños, simplemente eliminamos la pimienta o la sustituimos por orégano.
Y voilá, pasta rica, rápida y sin salsa de tomate. Ya os he dicho que era la receta de pasta más fácil del mundo, pero si vale para la carta de cualquier restaurante de Roma, no le íbamos a negar la entrada en el blog :-)