En qué consiste el surimi
A menudo, cuando empezamos a cuidar de nuestra alimentación, prestamos más atención a aquellos alimentos que vamos a consumir, nos fijamos en sus cualidades y nos preguntamos si nos convienen. En estos casos, cuando se trata del surimi, es posible que nos llevemos alguna sorpresa.
La primera será que, al contrario de lo que mucha gente ha creído durante años, no se trata de palitos de cangrejo. Debido al aspecto de las barritas de surimi, así como a su color, se suele relacionar este producto con el susodicho crustáceo. Lo cierto, no obstante, es que el surimi es obtenido a partir de filetes de pescado fresco. En el caso de las barritas de surimi Krissia®, se obtiene del abadejo de Alaska, un pescado blanco de la familia del bacalao, que es el que ofrece mayor calidad al surimi.
Para elaborar el surimi, se coge el pescado recién capturado, se limpia bien y se le retiran las vísceras, las espinas, la cabeza y la piel. El siguiente paso es seleccionar las mejores partes del pescado, es decir, los filetes, picarlos y lavarlos repetidas veces con agua, obteniendo así la pura proteína del pescado. El proceso debe ser llevado a cabo en las primeras 24h tras la captura del pescado para garantizar la frescura del producto, y siempre se realiza a bajas temperaturas.
Así, cuando hablamos de surimi, nos referimos al producto básico que se emplea para crear los erróneamente conocidos como palitos de cangrejo. ¿Y su color naranja? En el caso concreto de Krissia®, este se obtiene del extracto natural de pimentón y no se emplean colorantes artificiales.
Historia del surimi
La otra sorpresa que podemos llevarnos es descubrir que no se trata de un producto industrial y moderno, ya que es un alimento con siglos de antigüedad, y para su elaboración se siguen usando los mismos métodos que hace casi mil años. Su origen se puede rastrear en Japón, país donde el pescado forma parte integral de la cultura gastronómica. Allí, el surimi fue creado como un eficaz método de conservación del pescado, y poco a poco fue incorporándose en la dieta habitual como otro ingrediente más, llegando con el paso de los años hasta a nuestras mesas.
Algunos beneficios del surimi
A nivel nutricional, las barritas de surimi son fuente de proteínas de calidad, que contienen todos los aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo no puede producir, y destacan por ser fáciles de digerir y asimilar. También son fuente de omega-3 y son bajas en grasas y azúcares. En el caso de las barritas Krissia®, otra de sus ventajas es que, al no tener gluten ni lactosa, son aptas para muchas personas. Esto, sumado a que no tienen espinas y son muy versátiles, las convierten en un alimento ideal para niños y adultos.