Pero también es (o era, hasta que conocí este truquito) de las comidas que menos seguido preparaba. ¿Por que? Porque para que sea realmente rica no encontraba forma de hacerla que no sea con masa casera y eso lleva tiempo y el tiempo es eso con lo que muchas veces no cuento. ¿Entonces que opciones me quedaban? Bueno, la masa seca que venden en los supermercados. Pero no importa las vueltas que le dí tratando de que quede rica, no me convenció. También esta la opción de ir a una casa de pastas, pero ahí por lo general no venden la masa sola sino la lasagna armada lista para meter en el horno y eso, si bien sirve para saciar el antojo, le saca todo lo lindo a cocinar.
Casi, casi me doy por vencida dejando esta rica comida solo para ocasiones especiales hasta que, que se yo como y de la nada, se me prendió la lamparita y me di cuenta de que la masa para lasagna y la masa de las tapas para empanadas son muy, muy, bastante parecidas (no iguales, pero...). Y bueno, tuve que experimentar...
Y para mi felicidad (y la de mi esposo que me hace de conejillo de pruebas en mis ocurrencias gastronómicas) ¡QUEDO RIQUÍSIMA! Y claro, vine corriendo acá a compartir mi truquito nuevo.
Seguramente algún italiano podría llegar a querer quemarme en la hoguera por semejante sacrilegio, pero a mi me dio resultados y me simplifico un poco la vida.
Igualmente pueden ver ACÁ la receta de la masa para lasagna por si alguien la quiere hacer.
Esta receta es para una fuente de 30 x 20 cm y rinde aproximadamente 6 porciones.
Ingredientes:
? Tapas para empanadas - 8 tapas.
? Carne picada - 800 gr.
? Cebolla - 2 medianas.
? Pimiento rojo - 1 grande.
? Ajo - 2 dientitos.
? Salsa de tomate - 500 gr.
? Queso rallado a gusto.
? Sal y pimienta a gusto.
Manos a la lasagna:
Empecemos por la salsa boloñesa.
Picá chiquito el pimiento, la cebolla y el ajo y ponelos a cocinar a fuego bajo en una ollita con un poco de aceite y masomenos medía taza de agua.
Cuando el pimiento este suave y la cebolla transparente, agrega la carne picada, sal y pimienta a gusto, revolvé y deja que se cocine hasta que la carne cambie de color.
Si te gusta podes agregar medio cubito de caldito de verduras para darle más sabor. La verdad que yo trato de cocinar con la menor cantidad de ingredientes artificiales posible, pero eso va 100% a criterio de cada uno y no voy a negar que le da un rico sabor a las comidas.
Agrega la salsa de tomate, revolvé y deja que se cocine una rato más (como 30 minutos) revolviendo cada tanto.
No te olvides de ir probando de vez en cuando como va quedando de sabor para saber si le falta sal, pimienta o algún condimento que gustes.
Mientras la salsa se termina de cocinar podes preparar las laminas de lasagna que en este caso van a ser tapas para empanadas.
El proceso es exactamente igual que si fuese con masa casera. Por un lado calentá en una olla agua con un poco de sal y por otro prepara un recipiente con agua fría.
Estirá un poco una de las tapas con las manos para darles una forma masomenos rectangular y pasala por el agua con sal herviendo por aproximadamente 2 o 3 minutos. Sacala con una espumadera, pasala por el agua fría unos segundos y reservala a un costado.
Este mismo paso a paso hacelo con cada una de las tapas.
En la fuente que use yo entraron 2 tapas por cada capa e hice una lasagna de 4 capas, por eso use 8 tapas. La cantidad de tapas que necesites va a depender del tamaño de la fuente que uses y la cantidad de capas que quieras que tenga tu lasagna.
Lista la salsa y listas las laminas solo queda armar la lasagna y hornearla.
Pone un poco de salsa en el fondo de la fuente, por encima una capa de laminas de lasagna, una capa de salsa, un poco de queso rallado y volvé a repetir hasta llenar la fuente o tener la cantidad de capas que quieras que tenga tu lasagna.
Hornea en horno a temperatura media por aproximadamente 15 minutos y listo!
¡Buen provecho!