Lentejas, si quieres las comes, y si no, las dejas!! Ya... eso sonaba bien, pero la segunda parte nunca llegaba. Queda claro que era otro de esos platos odiados en mi infancia, y lo mismo que el pescado, no me empezaron a gustar hasta que las tuve que hacer yo. Y de nuevo por eso de dar ejemplo.
He aquí la prueba irrefutable de que la maternidad te transforma. No sabes muy bien cómo, pero de repente empiezas a pensar en proteínas, y en que hay que comer legumbres, que las lentejas tienen mucho hierro y que son muy sanas... y ya está, la has fastidiado, ya no eres tú. Eres una madre!!
Para colmo te acaban gustando mucho, debe ser que la maternidad también afecta al paladar, jajaja.
Venga, a lo que vamos, ésta es la forma en que a mi me gustan.Yo siempre utlilizo las lentejas pardinas, esas que son más chiquititas, se hacen bastante rápido y no hace falta ponerlas en remojo.
Ingredientes:
- 1 tazón de lentejas ( 250 gr. aproximadamente)
- 1 cebolla
- 150 gr. de chorizo (yo le pongo picante)
- 1 cucharadita de tomate concentrado del que viene en tubo ( o 2 cucharadas de tomate frito)
- 1 cucharadita de pimentón de la vera
- 1 hoja de laurel
- 1 pastilla de caldo de carne
- 2 patatas
- aceite de oliva
Elaboración:
1. Lavamos las lentejas debajo del grifo y las dejamos escurrir.
2. Sofreímos la cebolla picada en un poco de aceite de oliva.
3. Cuando la cebolla esté transparente, añadimos el chorizo troceado y sofreímos unos minutos.
4. Añadimos el tomate concentrado y el pimentón.
5. Ahora ponemos las lentejas, la pastilla de caldo, la hoja de laurel y un poco de sal. Y cubrimos con agua fría, más o menos un litro, aunque yo lo hago siempre a ojo. Lo dejamos hervir a fuego lento 20 minutos aproximadamente.
6. Añadimos las patatas cortadas en daditos y lo dejamos que siga cociendo hasta que estén hechas, pueden ser otros 20 minutos o un poco más. Probamos y rectificamos de sal si han quedado un poco sosas.
Lentejas, si quieres las comes y si no... también, que están muy ricas!
¡Hasta mañana!
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