Llevaba un montón de tiempo queriendo publicar esta receta, por fiín hace unos días me decidí a prepararla, pensaba en lo vistosa y bonita que podría quedar, pero debo reconocer que fue una lucha contra el tiempo, porque en Madrid hacía un calor sofocante y el sorbete de los limones, se derretía poco a poco según pasaban los minutos...
Al final y mientras yo sufría porque no conseguía lo que yo quería, mis hijos fueron disfrutaban porque se iban comiendo los limones que yo iba descartando.
Hace unos días desde La mejor naranja recibí una caja con naranjas de la variedad Valencia-Late y limones, los cuales he aprovechado para hacer ésta receta.
La mejor naranja hace un control de calidad exhaustivo, que garantiza que los productos lleguen del árbol a la casa del cliente, en las mejores condiciones.
Ingredientes:
4 Limones
4 Huevos
4 Cucharadas de leche condensada
4 Cucharadas de azúcar
1 Chorrito de limoncello
Elaboración:Cortamos la parte superior de los limones y con un sacabolas extraemos toda la pulpa con mucho cuidado para mantener intacta la corteza. Hacemos una base cortando la parte inferior. Metemos los limones en el congelador para que endurezcan.
Separamos las claras de las yemas y las montamos a punto de nieve, añadiendo el azúcar cuando el merengue empiece a estar firme y seguimos montando un par de minutos mas.
Montamos las yemas reservadas añadiendo la leche condensada y continuamos batiendo hasta que blanquee y ésta mezcla resulte cremosa.
Colamos la pulpa de limón para obtener el zumo y lo añadimos a la mezcla anterior junto con el limoncello, removiendo con cuidado.
Añadimos entonces las claras montadas a punto de nieve e integramos con movimientos envolventes, cuidando que no baje en ningún momento la mezcla.
Introducimos lo anterior en una manga pastelera y con mucho cuidado rellenamos los limones que teníamos en el congelador hasta que endurezcan.
Un rato antes de servir conviene sacarlos del congelador e introducirlos en la nevera, así podremos paladear mejor el helado y resultará mas cremoso.
Con éstas cantidades sobra relleno, que podemos conservar perfectamente en el congelador y utilizarlo para tomarlo tal cual presentado en un cuenco o en distintas elaboraciones.