Tras el restaurante Mano Rota encontramos a Bernat Bermudo y Oswaldo Brito, dos amigos que se conocieron en la escuela Hoffmann y que tras seguir cada uno su trayectoria por solitario en diversos restaurantes ahora aúnan fuerzas para dar lugar a su nuevo proyecto.
Se definen como un restaurante de barra, a medio camino entre restaurante formal y un bar de barra. Y así lo demuestran con una barra al final del espacio que sirve como mesa de pase pero fuera de la cocina donde podemos ver cómo salen los platos. Local amplio y luminoso, con un toque industrial gracias a las barras de madera, tubos y ladrillo (fue el primer proyecto de interiorismo de Revamp) que cuenta con un reservado para cenas o reuniones más íntimas y una pequeña terraza con jardín vertical.
En Mano Rota encontramos dos espacios para que todo el mundo se sienta a gusto con su decisión: La Barra, con dos menús degustación para los paladares más inquietos y La Mesa donde podrás degustar platos llenos de sabores, texturas y sensaciones. Dentro de los menús de Barra podemos elegir entre el Menú Corto (3 entrantes, 4 platos principales y 1 postre a 35€) y el Menú Largo (3 entrantes, 6 platos principales y 2 postres, 55€). Además, entre semana al mediodía cuenta con el menú del día a 14€.
Nosotros nos decantamos por le menú corto, que a pesar de su nombre no se queda nada corto y salimos muy satisfechos tanto por cantidad como por calidad. Mano Rota es un viaje de sabores y contrastes que cuenta con la técnica de los dos chefs extraordinarios produciendo platos que satisfacen nuestro paladar. Sentarse, abrir la boca, cerrar los ojos y dejarse llevar por la experiencia de olores, sabores y texturas.
La comida se encuentra entre lo tracidional y lo moderno, donde se replantean los platos tradicionales presentándolos con técnicas y formatos novedosos. En los platos de Mano Rota se nota el paso de ambos chefs por cocinas tanto peruanas como de venezolanas, una fusión a la que también se le unen notas de cocina japonesa.
La cena comenzó con un chupito de manzana con toque de trufa y sandía al cassis, con el que abrimos boca para seguir con unas croquetas de yuca y scamorza con mahonesa cítrica que nos encantaron, un descubrimiento esto de la yuca en forma de croqueta. Cerramos los entrantes con unos higos frescos con queso de cabra y reducción de Pedo Ximénez.
Los platos principales comenzaron con una stracciatela con berenjena frita y praliné salado de avellana y albahaca, donde descubrimos que la stracciatela es el interior de la burrata y que pueden obtenerse resultados riquísimos en otras texturas que no sean helados. El ceviche de corvina y ají amarillo es quizás el plato que menos nos gustó, lo encontramos demasiado ácido, tapando la importancia del pescado. Los dos últimos platos principales volvieron a elevar el nivel: Mollete de papada de cordero ibérico y carrillera de ternera con manzana y hinojo, plato que nos encantó.
Acabamos la cena del menu corto en Mano Rota con un cremoso de chocolate con crumble de avellanas, un postre en el que cada cucharada nos hizo revivir el placer que sentimos al meter el dedo en un bote de Nutella. ¿Cómo no gustarnos cuando es chocolate puro? Simplemente perfecto. Aunque una pena que únicamente tuviéramos un postre, nos hubiera gustado probar también la carrot cake y el Irish Nomad Coffee. Lo dejamos para la próxima.
El servicio atento y amable, dando explicaciones de cada plato que iba saliendo y preguntando si todo era de nuestro agrado cada vez que retiraba la mesa. Nos hubiera gustado que el trato fuera algo más relajado, menos frio o distante, pero ha sido muy correctos igualmente.
Mano Rota, un estrella Michelin sin estrella (por ahora). Repetiremos.
Mano Rota
c/ Creus del Molers, 4
08004 Barcelona
Tel: 931 648 041
www.manorota.com
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