Receta para hacer mejillones al vapor
Los mejillones, o también conocidos en algunos países de América del Sur como choros, pertenecen al grupo de los moluscos bivalvos, del que también son miembros otros moluscos muy utilizados en la cocina como son, entre otros, las almejas, navajas y ostras. Con los mejillones se pueden elaborar numerosos platos. En países como España es muy habitual servirlos cocinados al vapor, para apreciar de este modo todo su sabor. También se utilizan como ingrediente destacado de otras elaboraciones, como por ejemplo para preparar unos deliciosos mejillones a la gallega sobre lecho de patatas o una rica fideuá de marisco.
Cada país tiene sus recetas tradicionales con mejillones, en Holanda y Bélgica se consumen con patatas fritas, tanto es así, que hay establecimientos que solo se dedican a vender este plato. En Grecia podemos encontrar el denominado "midopidafo", que es un plato elaborado a base de mejillones y arroz. En Nueva Zelanda este molusco se acompaña con una vinagreta que incluye chili entre sus ingredientes. Y, en Perú, se hacen los famosos "choros a la Chalaca", que consiste en un plato frío en el que los mejillones se acompañan de verduras.
Estos moluscos gozan de numerosas propiedades nutricionales, siendo ricos en diversos minerales y vitaminas. Si queréis ampliar vuestra información al respecto, os recomiendo la lectura de nuestro artículo; "Descubre las propiedades de los mejillones", en el que os damos interesante información al respecto.
Si os gustan las recetas con mejillones, os invito a que deis una vuelta por la sección de pescados y mariscos de Cocina Casera, donde podréis encontrar numerosas recetas en las que los mejillones ocupan un puesto destacado.Vídeo de la Receta
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Ingredientes [Para 2-3 personas]:
Mejillones - 1 kilo
Aceite de oliva - 2 cucharadas grandes
Perejil picado - 3 cucharadas grandes
Sal - al gusto
Dientes de ajo - 3 unidades
Vino blanco - 100 mililitros
Pimienta negra - al gusto
Laurel - 1 ramita
Zumo de limón - 1/2 unidadElaboración de la Receta
Lo primero que tenemos que hacer es limpiar los mejillones, retirando, con la ayuda de un cuchillo, los filamentos que hay atrapados entre las valvas y los crustáceos que puedan presentar adheridos a éstas. Para retirar los filamentos es importante tirar de ellos hacia la parte más estrecha de las valvas, esto es; hacia adelante y hacia abajo, para evitar así desgarrar la carne. Tras limpiarlos, los lavamos con agua y ya los tenemos listos para cocinarlos. Reservamos.
A continuación, pelamos los dientes de ajo y los cortamos en láminas.
Ponemos a calentar un poco de aceite de oliva en una sartén. Cuando esté caliente, añadimos los dientes de ajo laminados y la ramita de laurel. Cocinamos, a fuego medio, para que los ajos se doren muy ligeramente.
Añadimos el vino blanco, la pimienta y el zumo de medio limón. Llevamos a ebullición y cocinamos durante un par de minutos para que el alcohol del vino se evapore.
Echamos en la sartén los mejillones y un poco de sal. Tapamos y cocinamos , a fuego medio, durante, aproximadamente, 8 minutos, o hasta que los mejillones se abran.
Mientras se cocinan, quitamos los tallos más gruesos al perejil y picamos sus hojas finamente.
Una vez que los mejillones se han abierto, añadimos a la sartén el perejil picado y cocinamos un minuto más.
Retiramos la sartén del fuego y servimos los mejillones. Para ello, retiramos la valva vacía y ponemos en un plato la valva con el mejillón. Por último, regamos los mejillones con el caldo que tenemos en la sartén.
Servimos de inmediato.
Anotaciones y Consejos
Para elaborar este plato debemos comprar los mejillones, a ser posible, el mismo día de su elaboración, o, como mucho, un día antes. Al tratarse de un producto vivo no debemos almacenarlo en la nevera por un periodo superior de tiempo. Si por cualquier contratiempo tuviésemos que almacenarlos algún día más, no debemos sumergirlos en agua. Cogemos un trapo, lo humedecemos con agua con sal, y envolvemos los mejillones.
A la hora de cocinarlos, debemos retirar los mejillones que no estén vivos, en este sentido, desechararemos aquellos ejemplares que, estando abiertos, no cierran sus valvas tras darles un pequeño golpecito. Del mismo modo, desecharemos los que no se hayan abierto tras las cocción.
Esta misma receta puede ser usada para preparar todo tipo de bivalvos, simplemente prueba a sustituir los mejillones por almejas o berberechos y obtendrás igualmente platos extraordinarios.