Los mejillones son una muy buena fuente de minerales, contienen hierro, calcio, selenio y potasio. Al rebozarlos aumentamos ligeramente el aporte de calorías, si le añadimos limón y perejil sumamos hierro y vitamina C. Esta receta nos llega desde Turquía, donde allí toman los mejillones acompañados de raki, (aperitivo a base de anís).
Ingredientes para 2 personas:
Un kgr de mejillones
un huevo
2 cucharadas de harina de trigo
una cucharada de leche
4 cucharadas de perejil picado
un vaso de aceite para freír
una cucharadita de sal
1/2 cucharadita de levadura royal
1/2 cucharadita de pimienta negra molida
un limón
Para abrir los mejillones:
2 cucharadas de aceite de sésamo
unas ramitas de perejil
una cucharadita de orégano
2 hojas de laurel
un vasito de vino blanco
una pizca de sal
unos granos de pimienta negra
Preparación:
Lo primero que hacemos es limpiar bien las conchas de los mejillones de las impurezas que puedan tener. Una vez limpios los ponemos en una cazuela junto con el aceite de sésamo, las hiervas aromáticas, la pimienta, el vino y la sal. Tapamos la cazuela, la ponemos al fuego y removemos de vez en cuando hasta que veamos que están todas las valvas abiertas. Los retiramos del fuego y los dejamos que se enfríen.
Una vez fríos, sacamos la carne de los mejillones de sus conchas y los ponemos sobre papel absorbente para que tiren el líquido que puedan tener.
En un cuenco mezclamos la harina, el huevo, la leche, la levadura, la sal y la pimienta y los batimos bien hasta obtener una crema homogénea.
Ponemos a calentar el aceite en una sartén. Metemos los mejillones en la pasta para rebozar y cuando el aceite esté bien caliente, con la ayuda de un tenedor, los vamos sacando de la pasta y los vamos friendo en el aceite.
Los freímos durante un par de minutos, los sacamos y colocamos sobre papel absorbente para que suelte el exceso de grasa.
Servimos rociándolos con zumo de limón y espolvoreándolos con perejil picado.