¿Como va el verano? Aparte de caluroso, pegajoso y con temperaturas que hacen casi imposible montar un buen buttercream, va bien ¿no?
Y es que si hay algo que he aprendido siendo novata en este mundo de la repostería, es que el clima influye bastante a la hora de hacer nuestros postres ¡como si controlar el horno no fuera suficiente! y hablando de nuestro mejor amigo, hay que ver la pereza que da encenderlo en esta época del año. Aunque cuando hace calor, todo da pereza.
Si por mi fuera no habría hecho esta receta, pero la gula ¡maldita gula! me llevó a ponerme el delantal y meterme en la sauna en la que se convierte la cocina.
Y todo por culpa de un libro de cocina y su perfecta foto de una Cheese cake al estilo NY, con su mermelada de arándanos, su base de galleta y esa crema de queso... El conjunto en general tenía una pinta que fue todo lo que necesité para ponerme manos a la obra, sin embargo no quería hacer toda una tarta, así que pensé ¿Qué puede ser mejor que una cheese cake? Y la respuesta fue inmediata: ¡mini Cheese Cakes!
Y es que no hay nada mejor que hacer versiones mini de las tartas de siempre, quedan tan cucas y pequeñitas. Son como tartitas de juguete.
Mini Cheese Cakes (6 unidades)
- Para la base:
7 galletas.
28 gr. de mantequilla.
- Para la crema:
200 gr. de queso crema.
85 gr. de azúcar.
30 ml. de nata (crema de leche).
1 huevo tamaño L.
1 cucharada y media de harina.
Mermelada de arándanos, fresas, frambuesa, limón, etc... Sabor opcional.
Empezaremos poniendo unas cápsulas de cupcake en su respectivo molde.
A continuación, trituraremos las galletas y derretiremos la mantequilla durante unos segundos en el microondas.
Mezclaremos los dos ingredientes en un bol y a continuación repartiremos la mezcla entre las cápsulas. Trataremos de dejarlo lo más plano y uniforme posible, para ello podéis ayudaros con la base de una cuchara.
Precalentaremos el horno a 160º y nos ponemos con la crema.
Mezclaremos el queso, el azúcar y la nata (crema de leche) hasta que quede bien integrado.
Luego batiremos ligeramente el huevo y lo añadiremos a la mezcla anterior, removiéndolo todo bien.
Por último tamizaremos la harina en la mezcla de queso y lo mezclaremos hasta asegurarnos de que no queda ni un grumo y que todos los ingredientes se han mezclado bien.
Verteremos la crema en las cápsulas, llenándolas hasta casi el borde y hornearemos las tartitas de 20 a 25 minutos, hasta que veamos que se empiezan a hinchar por la parte superior.
Las sacaremos y dejaremos enfriar en el molde durante unos minutos.
Después las llevaremos a la nevera para que se asienten y luego podamos despegar los papelitos con más facilidad.
Para servir solo hace falta poner la mermelada, despegar las cápsulas y ¡a comer!
El resultado es delicioso, la verdad. Estaban realmente buenas, cuando di el primer bocado no pude parar y en esa tarde cayeron cuatro.
Me avergüenza decir que a las once y media de la noche, ya no quedaba ni una...
Si, glotona es la palabra, ¿pero qué le iba a hacer con esa pinta?
En fin, como siempre, espero que os guste la receta, que no se os haya hecho muy largo el post y que estéis teniendo un buen verano, ya sea trabajando o de vacaciones.
¡Un beso!