En aquella época se le conocía como huitlatamalli, era una especie de tamal que ha ido evolucionando hasta nuestros días. He de confesar que no es la primera vez que lo hago en casa. Me acerco a la década elaborando este pan por esta fechas. Mi conexión con la cultura mexicana y la visión que tienen de la muerte en esta época me han ayudado a ver muchas cosas desde otra perspectiva. En México estos días las calles se engalanan de flores y colores. Este pan es más que una elaboración dulce, es una ofrenda para los altares que se colocan en las casas para recordar a los seres queridos que ya no están. Se colocan fotos de los familiares, junto a recuerdos, velas, papel picado de colores, flores naranjas cempasúchil y más detalles que ayudan a que los seres queridos realicen la transición en esta noche y puedan contemplar a sus familiares vivos.
Bonita creencia y cultura que llega a nuestro país en forma de dulce, para nosotros quizás algo curioso o diverso que nos recuerda un poco en sabor a nuestro roscón de reyes, pero que tiene todo el sentido para la cultura mexicana. Como curiosidad comentar que según la región lo encontramos decorado con azúcar, ajonjolí, chocolate y un sinfín de propuestas actuales y vanguardistas como teñirlos de colores como el rosa. Tambien varía el nombre, ya que por ejemplo en el estado de Puebla, se le conoce como hojaldra y no es una elaboración exclusiva para estas fechas, pues hay pastelerías como El Monarca que lo elaboran todo el año.
Aunque he elaborado en otras ocasiones el tradicional, de chocolate o relleno de nata (crema de leche) como son las últimas tendencias, me llamaba mucho la atención amasarlo tipo marmolado. Le da un sabor muy original que en contraste con el aroma de agua de azahar lo hace único.
¡Feliz Día de Muertos! Pasamos a la receta!
Ingredientes: Para 2 unidades de 600 grs. aprox.Para el pre-fermento:
- 50 ml. leche
- 2 cdtas. harina
- 2 cdtas. azúcar
- 25 grs. levadura fresca
Para la masa:
- 550 grs. harina de fuerza + 50 grs. para el amasado
- 200 grs. azúcar
- 100 grs. mantequilla punto pomada
- 1 cdta. agua azahar
- ralladura de 1 naranja
- 1cdta. sal fina
- 190 ml. leche
- 50 grs. cacao en polvo para el marmolado de la masa.
- 1 huevo batido para decorar
Preparación: En primer lugar elaboramos el prefermento. Comenzamos disolviendo la levadura en la leche templada. Añadimos las cucharadas de harina y azúcar. Mezclamos ligeramente con una cuchara. Tapamos con papel film y dejamos que se forme nuestra esponja durante 1 hora.
Una vez pasado este tiempo, vamos a nuestro bol o amasadora. Añadimos la harina a modo de volcán. Agregamos en el centro los dos huevos, la ralladura de naranja, el agua de azahar, la sal y el azúcar. Amasamos estos ingredientes a los que iremos añadiendo después la leche tibia.
Por último, agregamos la mantequilla a dados en punto pomada a medida que se vaya integrando poco a poco. Añadiremos un poco más de harina si el amasado lo requiere. Ya sabemos que no todas las harinas funcionan igual. Nos tiene que quedar una masa suave tipo brioche. La dejamos levar en un recipoente hermético o tapado hasta que doble su volumen. Una media de 1-2 horas.
Una vez ya levada, amasamos un poco para eliminar el aire. Dividimos la masa en porciones de 300 gramos. Cada 2 porciones, será un pan de muerto.
De las dos porciones, una la amasaremos junto al cacao en polvo. Unos 20 grs. o los que necesitemos para que se impregne del color necesario.
Amasamos las dos porciones y le damos forma alargada. Cortamos cada una en 5 porciones. En total tendremos 10 porciones. Reservamos 2, una de cada color para decorar nuestro pan de muerto.
Con la 4 restantes, haremos bolitas. Luego, con un rodillo, estiramos la primera de chocolate en forma de círculo, luego la masa sencilla y colocaremos encima. Iremos montándolo así y cerramos con la masa simple, que estiraremos un poco máspara que recubra todo el conjunto de capas. Boleamos y dejamos levar media hora.
Mientras tanto dividimos las bolitas de decoración. Con una porción pequeña de cada color haremos la bolita del cráneo y con las restantes, las canillas o huesitos. Reservamos.
Una vez levada de nuevo la masa, la pintamos con huevo batido. Dejamos secar un poco y luego añadimos las canillas y el cráneo. Pintamos con huevo. Horneamos a 180 grados unos 22 minutos. Debemos vigilarlo porque se dora enseguida. Comprobamos que la base esté bien horneada antes de retirar definitivante. Dejamos enfriar y ya está listo para compartir con nuestros seres queridos.
¿Qué tal os ha parecido esta receta? ¿La habéis probado o hecho alguna vez en casa? Me encantaría saber vuestra experiencia con este pan dulce. Películas como Coco de Disney han ayudado a difundir este tipo de celebraciones a todos los públicos.
Os invito a curiosear un poco sobre el tema y a probadla si tenéis oportunidad. Por mi parte desearos que estéis pasando un feliz puente.
Un saludo muy dulce y nos vemos pronto.
Maribel García