Siempre he visto en programas de viajes que las teterías no faltan nunca y hay lugares con encanto como el Pasaje Hazzopulo de Estambul. El té es parte fundamental de culturas como la turca o la árabe, un ritual ineludible con grandes mezclas de sabores y aromas que lo hacen aún más especial.
El caso de estas galletas es muy curioso, porque a simple vista parecen duras pero al comerlas se deshacen en boca al estar bañadas en almíbar de limón. La masa tiene una base de mantequilla y sémola, consiguiendo una textura abizcochada y convirtiéndolas en un dulce bocado.
Algo que me llamó la atención de su elaboración es que cuando mezclas los primeros ingredientes parece que preparas un bizcocho y luego al añadirle la harina se transforma en masa de galletas. Es la primera vez que uso sémola y me ha encantado el resultado. Increíble descubrimiento.
¿Desde cuándo existe el şekerpare?
Este dulce es más antiguo de lo que quizás puedas pensar ya que se originó originó en la época del Imperio Otomano. Constituido por la dinastía Osmalí desde 1299, caracterizada por su estado multiétnico y multiconfesional y finalizada a principios del s. XX, fue en este largo periodo cuando se crearon estas pastas que son de las más clásicas y populares que conocemos hoy en día.
Son fácilmente reconocibles por su forma redonda y llevar una almendra o avellana como decoración. Aunque parezca que llevan almendra en su interior, en realidad contienen sémola y harina entre sus ingredientes. Imagino que habrá más versiones pero la que más se repite entre las recetas que he consultado es la misma que os traigo.
Ya me imagino saboreándolas en una tetería en Estambul con hermosas vistas a la basílica de Santa Sofía pero puedes tener el gusto de probarlas en casa ya que la receta es muy sencilla. Pasamos a explicarla.
Ingredientes:
- 250 grs harina de todo uso
- 50 grs. sémola
- 3 huevos medianos
- 125 grs. mantequilla punto pomada
- 1 cdta. vainilla
- 75 grs. azúcar glass
- 10 grs. levadura química
- almendras para decorar
Almíbar:
- 300 ml. agua
- 150 grs. azúcar
- peladura de limón
Preparación: En primer lugar hacemos el almíbar. Colocamos los ingredientes en un cazo y, una vez disuelta el azúcar, dejamos unos 10 minutos hirviendo a fuego lento. Reservamos.
Para la receta iniciamos batiendo la mantequilla con el azúcar hasta que blanquee. Añadimos la vainilla.
Después agregamos los huevos uno a uno. No añadimos el siguiente hasta que no esté integrado el anterior, batiendo cada vez.
Tamizamos la harina con la levadura y la sémola. Añadimos en varios pasos hasta formar una masa homogénea. Dejamos reposar media hora en nevera.
Haremos bolitas que aplanamos ligeramente y colocamos en bandeja con papel vegetal dejando separación entre ellas. Decoramos con almendras en el centro. Horneamos unos 12- 15 minutos a 180 grados.
Retiramos cuando estén ligeramente doradas. Vamos bañando en almíbar frío recién salidas del horno. Enfriamos en rejilla. Conservamos en recipiente hermético no más de un par de días.
¿Conocías estas pastas? En mi caso son toda una novedad porque lo que más he probado de Turquía son las baklavas que son mi perdición absoluta. Me atrae mucho este tipo de repostería por el uso de almíbar o miel combinados con frutos secos. Tengo pendiente hacerlos en algún momento.
La repostería griega está muy ligada a la turca y no he podido evitar pensar en la bougatsa que hice el año pasado por estas fechas. Me está picando el gusanillo de los dulces de estas culturas y seguiré investigando y probando nuevas recetas en casa.
Te animo a que pruebes nuevas delicias como ésta y me cuentes tu experiencia si las has probado en los viajes o eres tan fan del baklava como yo.
Nos vemos pronto con más recetas.
¡Un abrazo!
Maribel García