Llevaba meses sin hornear pan y ya lo echaba de menos. Desde que en enero las chicas de Bake the world propusieron este pan no se me había quitado de la cabeza, intenté participar en el reto pero al final no lo conseguí. Por lo que tenía claro que este pan caía tarde o temprano. De primeras, y viendo la mayoría de las versiones que corren por la red mi intención era prepararlo con masa blanca fermentada del día anterior o masa madre, pero una foto me cambió totalmente las directrices, y es que vi el pan de Silvia de Y sigo en la cocina y me enamoró por completo. Ella a su vez lo hizo siguiendo la receta de Maduixa de Salseando en la Cocina. Como dice Silvia el secreto de este pan es la humedad de la masa, la poca manipulación con las manos en su amasado, el reposo largo y la cocción en el horno, pero dentro de una olla metálica.
INGREDIENTES:
500 gr. de harina panificable o, en su defecto, de fuerza
375 ml. de agua
2 cucharaditas de café de sal
1 sobre de levadura liofilizada para panadería (marca Vahíné o Maizena)
PREPARACIÓN:
Es un pan que no nos va a dar mucho trabajo, aunque se prepara la víspera, en realidad no hay ni que amasar al principio, ni al día siguiente. Requiere poco arte en el amasado ya que no lleva nada de amasado. Así que la víspera en un bol grande añadimos la harina, la sal, la levadura y mezclamos con una cuchara de palo o una espátula, Añadimos de una vez 350 ml. de agua, dejando 25 ml para después. Removemos bien con la cuchara procurando que no queden restos de harina, añadimos el agua restante mientras mezclamos. Nos quedará una masa no líquida pero si muy hidratada. Una vez todo integrado tapamos con papel film y dejamos toda la noche o un mínimo de 12 horas.
Al día siguiente enharinamos la encimera y volcamos la masa. Nos ayudaremos de una espátula para no tocarla con las manos. Con una pala o espátula cogemos la masa por un extremos y doblamos sobre sí misma. Doblamos varias veces, siempre en un sentido distinto al anterior, enharinando un poquito su superficie cada vez que lo hacemos. Necesitaréis unos 6 o 7 pliegues, y sabréis que ya está cuando la masa tenga forma esférica y mantenga bien la forma. La recogemos con la pala y la depositamos en un bol enharinado o en un banneton. Tapamos con un trapo de algodón una hora más o menos. Precalentamos a 250º el horno, introducimos una olla (que no tenga nada de plástico y sea apta para horno) y calentamos dentro. Pasada la hora sacamos la olla con muchísimo cuidado, Espolvoreamos harina y volcamos la masa dentro. Tapamos con su tapadera (que tampoco lleve nada de plástico) e introducimos en el horno bajándolo a 200º. Mantenemos tapada la olla durante unos cuarenta minutos. Después destapamos y horneamos 25 minutos más. Sacamos la olla del horno y volcamos para que salga el pan. Dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla.
La corteza crujiente protege una miga tierna y deliciosa. Es muy fácil de preparar como podéis comprobar, sin necesidad de tener conocimientos previos en el arte de hacer pan, así que os animo a que lo preparéis. Es un lujo comer un pan hecho por nosotros mismos, la familia os lo agradecerá.
Feliz fin de semana.