Muchas veces las recetas más sencillas se corresponden con auténticos manjares. Este es el caso de la panna cotta. Este dulce tradicional italiano es tan sencillo de preparar como exquisito y delicado es su sabor.
En esta ocasión le hemos añadido un poco de licor café para crear un postre galaico-italiano que nos ha fascinado por lo bueno que está.
¿Qué necesito? (para 8 vasitos)
500 ml de nata (crema de leche) para montar
200 gr de azúcar glas
3 hojas de gelatina neutra
2 chupitos de licor café
Perlitas de chocolate para decorar
¿Cómo lo hago?Primero ponemos en remojo en agua fría durante unos 10 minutos las hojas de gelatina para hidratarlas.
Mientras preparamos la gelatina, calentamos en un cazo a fuego medio la nata (crema de leche) con el azúcar. Removemos bien hasta que el azúcar se disuelva. Tenemos que estar atentos a que la nata (crema de leche) no hierva así que si vemos que se acerca al punto de ebullición, bajamos el fuego. Añadimos el licor café (cuanto más dulce y suave sea el licor, mejor será el resultado final y menos se notará el alcohol así que si podéis haceros con un buen licor casero mejor que uno comercial, no os lo penséis dos veces).
Cocemos la mezcla durante unos 10 minutos.
Por último, escurrimos las hojas de gelatina (que ya estarán blanditas) y las echamos en la nata (crema de leche). Removemos hasta que la gelatina se haya disuelto totalmente.
Vertemos la nata (crema de leche) en los vasitos y dejamos que enfríe un poco. Cuando esté a temperatura ambiente, metemos los vasitos en la nevera y dejamos que reposen durante al menos unas 5 horas (mejor durante una noche entera) y listos para comer.
Podéis decorarlos con un poco de caramelo o de sirope de chocolate. Nosotras nos hemos decantado por estas perlitas pero cada uno que lo haga a su gusto.