Bueno, esta semana sí, no os he fallado, pero no tiene mucho mérito, hoy es día 20 y tocaba si o si participar en el reto de Desafío en la cocina. La verdad es que por falta de tiempo he tenido que dejar algunos retos por el camino, pero este, a no ser que ya sea ineludible, no lo voy a dejar, son todas (y un todo, solo tenemos un hombre en el grupo) estupendas, ala, ya lo he dicho.
Las desafiadoras de este mes son las hermanas, o su alter ego La cocina de Camilni , y el reto era hacer dulces fritos, con masa casera (vamos que no valía un hojaldre del super), pero además no lo podíamos hacer de nuestra comunidad autónoma, ale, no vaya a ser que sea algo fácil.
En seguida pensé en mi tierra materna, Andalucía, y buscando buscando encontré esta receta, que cogí prestada de un gran blog como es Gastro Andalusi, la receta la tenéis aquí.
Leyendo en varios blogs me encantó saber que es un desayuno tradicional en Jaén, y la verdad, no me extraña, son supersencillos de hacer y mojados en un poco de chocolate caliente pueden ser la bomba (por el bien de mi retaguardia me he abstenido a corroborarlo).
Este desafío seguro que es muy, pero que muy variado, así que os invito a que visitéis el blog del para que veáis todas nuestras propuestas, las podéis encontrar clickando en la imagen del desafío.
Y ya sin más dilación os explico como se hacen.INGREDIENTES:
250 gr de harina con levadura incorporada.
250 ml de leche entera.
1 huevo mediano.
1 pizca de sal.
Aceite de oliva virgen para freír.
Azúcar para rebozar.
ELABORACIÓN:
Es importante que tanto el huevo como la leche estén a temperatura ambiente, ello facilitará que ligue la mezcla.
En primer lugar batiremos el huevo hasta que esté espumoso (se trata de ponerle aire para que después se infle más).
Añadimos la leche y volvemos a batir nuevamente.
Tamizaremos la harina junto con la sal. La incorporaremos en 3 veces, para que no se nos formen grumos.
En una sartén o una olla pequeña ponemos abundante aceite de oliva y a fuego medio alto lo dejamos que se caliente mucho (ha de estar muy caliente para que se nos formen bien). Con una cuchara iremos echando un poco de masa en el aceite (yo utilicé una cuchara sopera, más o menos puse media cuchara para cada papajote). La masa la dejáis caer de la cuchara al aceite, veréis como enseguida se os coge la forma de un buñuelo inflándose.
Tened mucho cuidado con la temperatura, si lo ponéis a fuego demasiado fuerte se os quemará enseguida.
Una vez dorados lo sacaremos y lo ponemos en un plato con papel absorvente para reducir el aceite.
Sin esperar a que enfríen los pasaremos por el azúcar para que se quede pegado.
Listos para comer.
Ummm, os avisé, están riquísimos. Además en mi casa les encantaron, pues al no ser excesivamente dulces dí en el clavo.
Y esto es todo por hoy, no vemos de nuevo el martes, con una nueva receta.
Un beso enorme a todas/os.