No se cuántas veces habré hecho esta tarta, se me escapa la cuenta si os soy sincera y la he hecho además de mil maneras diferentes, poniéndole ralladura de limón a la masa, sin ponérsela, añadiéndole vainilla, con y sin levadura y es curioso que todavía no la tuviera publicada en el blog, se ve que nos gusta tanto que no llega a la foto jaja.
La pasta frola es tradicional de la gastronomía argentina, uruguaya y paraguaya. Se trata de una deliciosa tarta hecha con una base sencilla de harina, mantequilla y huevos y habitualmente rellena de dulce de membrillo aunque también la podemos encontrar rellena de dulce de batata, mermelada o incluso chocolate.
El origen de la pasta frola es incierto y muy discutido como ocurrre tantas veces, así se habla de que su origen está en la tradicional Linzer Torte suiza aunque también sitúan su origen en Italia. Sea de donde sea, es una tarta que os recomiendo que probéis porque creo que es difícil que no le guste a alguien. La combinación de la masa, de textura ligeramente arenosa y con un suave y delicado sabor a limón, combinan a la perfección con el dulce del relleno y la convierten en un auténtico manjar. En mi casa creo que es de las tartas que menos dura sobre la mesa, no creo que llegue al día entero de hecho.
INGREDIENTES:
300 gr. de harina de trigo
200 gr. de fécula de maíz (Maizena)
1 cucharadita de levadura en polvo tipo Royal
200 gr. de mantequilla
200 gr. de azúcar glass
2 huevos + 1 huevo para pintar la tarta
La ralladura de un limón
500 gr. de dulce de membrillo
50 gr. de agua muy caliente
ELABORACIÓN:
En un bol batimos juntos la mantequilla con el azúcar, lo justo para que se integren.
Añadimos los huevos previamente batidos un poco y de uno en uno. Esperamos a que se integre antes de echar el siguiente.
A continuación añadimos la ralladura de limón.
Ahora vamos a añadir los dos tipos de harina, previamente tamizados, a la mezcla anterior y mezclaremos hasta formar una masa lisa y homogénea, pero sin mezclar ni amasar demasiado.
Formamos una bola con la masa y la envolvemos en film transparente y la introducimos en la nevera durante 30 minutos aproximadamente.
Enharinamos ligeramente la encimera y pasados los 30 minutos estiramos la masa con ayuda de un rodillo. Cubrimos el interior de un molde redondo con 3/4 partes de la masa, ya que el resto lo utilizaremos para hacer el enrejado.
Pinchamos toda la base con ayuda de un tenedor y reservamos nuevamente en la nevera hasta que tengamos listo nuestro relleno de membrillo.
Precalentamos el horno a 180º C.
En un cazo pequeño ponemos a calentar el agua y antes de que empiece a hervir, retiramos el cazo del fuego y añadimos el dulce de membrillo. Aplastamos bien con un tenedor o con ayuda de un prensador de patatas, hasta que el agua se haya integrado bien con el membrillo.
Vertemos esta mezcla sobre el molde cubierto con la masa y cortamos tiras de medio centímetro de ancho aproximadamente. Las vamos colocando sobre el dulce de membrillo formando el característico enrejado de este tipo de tartas.
Con ayuda de un pincel, pintamos todo el enrejado y los bordes de la tarta con huevo batido con una pizca de sal.
Introducimos en el horno durante aproximadamente 30 o 35 minutos.
Sacar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.
ALGUNAS ACLARACIONES:
Utilicé dulce de membrillo casero que puedes ver cómo lo hice aquí.