Así que mirando el frigorífico pensé en sustituir la moussaka griega por un pastel de berenjena, como tenía dos pechugas de pollo, una hermosa berenjena, tomates, patatas, cebolla y un popurrí de quesos salió este plato... que no tiene nada que envidiar a la moussaka...
Se convirtió en un plato de aprovechamiento, buenísimo y sano.
Los ingredientes que utilicé:
-Una berenjena grande.
- 2 patatas medianas.
- 1 huevo.
- 2 pechugas de pollo enteras.
- 1 tomate grande.
- Una variedad de queso (mozzarella, emmental, curado...)
- Pimienta.
- Sal.
- Aceite de oliva.
Elaboración del pastel de berenjena:
Lavar y cortar la berenjena en rodajas gorditas. En un recipiente con agua y sal, agregamos las berenjenas y las dejamos reposar en agua unos 20 a 30 minutos, pasado este tiempo ponemos las berenjenas a escurrir.
Lavamos y cortamos en rodajas gorditas, las patatas y el tomate.
Limpiamos las pechugas y las cortamos en dados pequeños. En una sarten con un chorrito de aceite hacemos las pechugas de pollo y lo salpimentamos. Lo retiramos del fuego y lo dejamos en un recipiente aparte.
En la misma sarten añadimos aceite y hacemos las berenjenas hasta que cojan un color doradito y las dejamos en papel absorbente.
Sellamos las rodajas de tomates sólo dándole vuelta y vuelta, si lo dejamos mucho tiempo el tomate suelta agua.
En otra sarten con abundante aceite freímos las rodajas de patatas y las dejamos en papel absorbente.
Ponemos el horno a calentar a 200º arriba y abajo.
Montamos nuestro pastel de berenjena en una fuente de cristal, engrasamos con mantequilla o aceite. Ponemos primero una capa de berenjenas, otra de pechugas de pollo, tomates, patatas y terminamos con otra capa de berenjenas.
Batimos un huevo, se lo añadimos y por último agregamos el queso rallado.
Introducimos el pastel de berenjenas al horno a 200º. Cuando el queso esté fundido y tenga un color dorado, lo sacamos el horno.
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