Cuando mi familia me vio con la coliflor no te creas que me hicieron muy buena cara, pero yo tenía un as en la manga en forma de pastel. Y vaya si les gustó! Claro, tiene un montón de queso, que les encanta!!
Solo una cosa, tengo que decir que las fotos del corte las hice al día siguiente. Al cortarla en caliente se me deshizo un poco y quedaba feota para una foto, así que esperé a hacerlas después de sacar de la nevera, que la masa estaba más compacta.
Pero aquí la tenéis, una forma diferente de comer la coliflor!
Ingredientes
Una coliflor grande (o 2 más pequeñas como en mi caso)
250 gr de queso, rallado y/o en hebras
150 gr de queso para untar, tipo philadelphia.
150 ml de nata (crema de leche) para cocinar
Un paquete de pasta brisa para hacer de tapa
Un huevo para untar
Elaboración
Lo primero es trocear la coliflor y ponerla a hervir en una cazuela con abundante agua y algo de sal. En cuanto esté tierna la sacamos y dejamos que se enfríe un poco.
Lo que haremos ahora una vez seca es machacar la coliflor con un tenedor. No vale usar aparatos que nos quedará una papilla y no nos interesa. Nos tienen que quedar trocitos enteros de coliflor. Que lo hagáis con un tenedor y punto, vamos.
Ahora incorporamos el queso para untar y la nata (crema de leche), y removemos bien. Seguidamente añadimos el queso rallado, y volvemos a remover. Le podéis poner todo el que queráis (en mi casa es que nos gusta mucho...).
Necesitaremos un molde grandecito; yo usé uno redondo para tartas de 28 cm de diámetro. Lo aceitamos un poco, y vertemos la mezcla.
Cogemos la pasta. En mi caso venía redonda, pero no me llegaba para cubrirla toda, así que la estiré un poco con un rodillo hasta que lo tapé completamente.
Batimos el huevo y con ayuda de un pincel pintamos toda la superficie. La pinchamos con un tenedor para que no suba. La metemos al horno hasta que se dore bien por arriba y listo!
¡A la mesa!