Hay una frase hecha muy al uso que utilizamos con asiduidad en diversos contextos " Ponle sabor a la vida" y eso precisamente es lo que conseguimos cuando utilizamos en nuestras recetas las salsas TABASCO. Yo personalmente ,tengo una especial predilección por la modalidad Chipotle, por ese característico y delicioso toque ahumado que convierte cualquier receta en un plato festivo. En esta ocasión os presento estas bolitas de patata rellenas de pollo con ese toque intenso que le añade la salsa Tabasco® Chipotle,. Sin duda un bocado tierno por dentro y crujiente por fuera ,cargado de sabor. Una combinación que para nada os dejará indiferentes y que adoptaréis como un clásico para vuestras mesas.
Ingredientes:
Patatas para cocer.
Pechuga de pollo.
Cebolla.
Sal.
Aceite de oliva.
Un chupito de vino Montilla-moriles
Tabasco® Chipotle.
Para el rebozado:
Huevo y pan rallado.
Aceite de girasol para freír.
Preparación:
Lavamos muy bien las patatas con la piel y las ponemos a cocer en una cacerola con agua hasta que estén bien tiernas (lo comprobaremos pinchándolas con un palillo, si este sale con facilidad es que las patatas están en su punto). Las apartamos y les escurrimos toda el agua de la cocción y esperamos que se templen un poco para poder pelarlas sin quemarnos los dedos. Mientras prepararemos la carne del relleno, para esto rallamos la cebolla con un rallador de agujero grande y partimos la pechuga de pollo muy menudita. En una sartén ponemos un poco de aceite de oliva a calentar, cuando esté en su punto ponemos la cebolla rallada a sofreír , la doramos ligeramente y añadimos la pechuga de pollo picadita, mezclamos bien y doramos el pollo, añadimos un poco de sal y vertemos el vino, una vez evaporado añadimos al pollo un poco de Tabasco® Chipotle (a nuestro gusto) y mezclamos bien para que se integren los sabores.
Una vez templadas las patatas le quitamos la piel y las machamos con un tenedor, añadimos u hilo de aceite de oliva y un poco de Tabasco® Chipotle (tanto como queramos intensificar el sabor de la patata y darle ese toque ahumado y picante). Formamos unas tortitas con las patatas machacadas y ponemos en el centro de cada una cucharada del preparado de pollo, cerramos la torta de patata formando una bola (del tamaño que nos apetezca), quedando el relleno de pollo en el centro de esta. Por último empanamos las bolas de patatas con pollo pasándolas primero por huevo y después por pan rallado. Retocamos la forma de las bolas hasta que queden muy bonitas. Ponemos abundante aceite de girasol a calentar , cuando esté en su punto freímos las bolas de patata hasta que estén bien doraditas. Un bocado crujiente que se os fundirá en la boca con un intenso sabor.
Buen provecho amigos!!!