La patata es la estrella de las guarniciones.
Es tan versátil que se puede preparar de mil maneras y siempre queda rica: en puré, frita, asada, rellena..da igual como la preparemos es un ingrediente que siempre triunfa.
Y no hay nadie que diga, no me gusta la patata...o al menos yo no lo conozco jajajja
Hoy os traigo una manera sencilla de prepararlas, no descubro nada del otro mundo, lo sé, pero como siempre hay gente novata en las cocinas, no viene mal dejar constancia de esta receta en el blog.
INGREDIENTES: Para dos o tres personas
600 gr de patatas
1 cebolla grande
50 ml de aceite de oliva
sal y pimienta al gusto
unas hojitas de perejil picado
PREPARACIÓN:
Pelamos y lavamos las patatas. Las cortamos en rodajas de medio cm aproximadamente.
Las ponemos a hervir en una olla con abundante agua y sal durante unos cinco o siete minutos, no queremos que se cuezan del todo.
Las sacamos y escurrimos bien.
En una sartén con aceite pochamos la cebolla que habremos cortado a tiras. Cuando esté doradita las mezclamos con cuidado con las patatas que habíamos cocido antes. Sazonamos con sal y pimienta y espolvoreamos perejil picado encima.
Las metemos en el horno, a 180º, durante unos 15 minutos.
Al acabar y antes de servirlas, las regamos con un hilo de aceite.
Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas.
Las cocemos en abundante agua hirviendo durante unos minutos. Dejamos que escurran.
Mientras pochamos la cebolla.
Mezclamos las patatas con la cebolla pochada. Sazonamos y espolvoreamos perejil. Al horno.
Las podemos tomar como guarnición o así mismo.