Hay miles de formas de preparar las pechugas de pollo, y esta es de las más exquisitas. El sabor del puré le da un toque delicado que lo convierte en un plato de esos que valen perfectamente para una ocasión especial. Es ideal para hacer también con carne de cerdo. Eso sí, por más que se trate de pechugas de pollo, y que las haya acompañado de un sano brócoli, no te engañes, no vale si estás a dieta, porque la naranja confitada lleva una cantidad de azúcar que hace que esta receta sirva más para todo lo contrario, para darte un homenaje por un día.
Ingredientes para 2 personas
2 pechugas enteras de pollo
1 puerro
3 naranjas medianas
Azúcar blanca, el doble del peso de las naranjas sin piel
250ml de caldo de pollo
Sal y pimienta
Aceite
Preparación
En primer lugar confitaremos la naranja. Para ello, las pelamos y separamos en gajos. Eliminamos las pipas si las tienen, y todo la piel blanca que podamos. Las ponemos en un cazo con el doble de su peso en azúcar, y la cáscara bien limpia de una de ellas (esto hará que espese), que retiraremos cuando confite. Machacamos un poco antes de poner al fuego para que la naranja haya soltado parte de su jugo. Llevamos a ebullición a fuego fuerte y bajamos la temperatura. Dejamos que reduzca y espese mientras vamos preparando el pollo.
Salpimentamos las pechugas y doramos con un poco de aceite a fuego fuerte en una sartén. Retiramos y reservamos. En ese mismo aceite, pochamos el puerro que habremos cortado en juliana. Cuando esté listo, agregamos la confitura reservando un poco para terminar el plato, y el caldo. Cocinamos a fuego medio unos 5 minutos hasta que reduzca un poco. Añadimos entonces las pechugas y dejamos cocinar hasta que estas estén hechas por dentro unos 10 minutos más (podemos hacerles un corte para comprobar que estén blancas por dentro antes de retirarlas del fuego).
Separamos las pechugas de la salsa, y pasamos esta por la minipimer hasta hacerla puré. Servimos las pechugas sobre una cama de puré, acompañadas de un poco de brócoli. Pintamos las pechugas con la confitura que habíamos reservado, y listo. A deleitarse con su explosión de cítricos en la boca.