Volvemos al lunes, lo que no es ninguna novedad porque ayer fue domingo... A mi no me deprimen los lunes porque prefiero empezar la semana pensando que ésta puede ser la buena, la definitiva, la semana en la que por fin pase algo extraordinario que cambie tu vida. Que te toque la lotería, un buen trabajo, el amor de tu vida... Siempre será mejor tener este pensamiento que comenzar la semana renegando en arameo, aunque motivos no nos falten a ninguno.
Volviendo a la rutina, estás pensando qué vas a hacer de comer esta semana? Probablemente algún día vas a hacer pollo... tú, yo y medio país, porque somos muy de pollo, ya sabemos que es muy socorrido y admite todo lo que le pongas. Seguramente tienes una gran colección de recetas para cocinar las pechugas de pollo, porque nos gusta variar y eso nos mueve a cotillear blogs y revistas para ver si encontramos algo diferente.
A estas pechugas les he hecho una salsita con vino de Oporto y zumo de naranja, una combinación que a mi me encanta y que también le va muy bien a la carne de cerdo. Si quieres cotillear un poco, sigue leyendo a ver qué te parece esta receta que es muy fácil y resultona.
Ingredientes (2 personas):
- 2 pechugas de pollo en filetes
- 1/2 cebolla
- 1/2 vasito de oporto
- el zumo de 2 naranjas
- sal y pimienta negra
- aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
1. Salpimentamos los filetes de pollo y los hacemos en la sartén con el aceite muy caliente para que se doren un poco. Aunque no estén hechas del todo por dentro, no importa. Las reservamos en un plato.
2. Picamos la cebolla y la pochamos en la misma sartén a fuego medio-bajo.
3. Cuando veamos que está un poco blandita añadimos el oporto y subimos el fuego durante unos minutos.
4. Incorporamos el zumo de naranja y lo dejamos un ratito ( bajamos el fuego), como diez minutos.
5. Volvemos a poner el pollo con la salsita y dejamos que se haga todo junto unos diez minutos más y así el pollo terminará de hacerse y tomará el sabor de la salsa.
Venga, apúntatela que te va a gustar!
Nota: Si quieres la salsa un poco más ligada puedes hacerlo con una cucharadita de maizena disuelta en un poco de agua. Otra opción es enharinar los filetes de pollo al principio y la harina hará que la salsa quede un poco más gordita. Yo he optado por la opción más ligera, pero eso va a gustos.