Hoy os traigo un clásico de la cocina, unas deliciosa pechugas Villaroy aunque la receta original era un tanto diferente ya que llevaba queso y claras de huevo hoy en día a derivado a esta, a la que lleva la salsa blanca o bechamel y un delicioso empanado y todo el mundo la conoce así.
Es una forma diferente de comer unas pechugas de pollo, de este modo quedan muy jugosas y el toque crujiente por fuera las hace aun más deliciosas.
Ya veréis que sencilla y que sabrosas, ahora a cocinar.
Pechugas Villaroy
Ingredientes para 4 personas:
8 filetes de pechuga de pollo
Sal y aceite de oliva
Pan rallado y huevo batido para empanar
Para la bechamel (la receta más detallada aquí):
1/2 litro de leche entera
40 gr de mantequilla
30 gr de harina común
sal, pimienta y nuez moscada
Elaboración:
Ponemos una sartén al fuego con una gota de aceite y marcamos en ella superficialmente los filetes de pechuga de pollo. Los reservamos.
Preparamos la bechamel, para ello calentamos la leche y cuando llegue a ebullición apagamos. En otra cazuela calentamos la mantequilla y antes que se nos queme añadimos la harina, removemos muy bien hasta conseguir una masa compacta, vamos añadiendo la leche de poco en poco hasta añadir toda, no dejamos de remover para que no nos salgan grumos.
Una vez hecha la bechamel dejamos que se enfríe un poco y metemos en ella las pechugas de pollo que teníamos reservadas, dejando que se cubran por completo de una buena capa de bechamel. Las colocamos en un plato engrasado con aceite o si lo preferís con papel transparente de cocina, de esta forma no se nos pegaran. Las guardamos en el frigorífico hasta que estén bien frías y compactas. Como mínimo una hora.
Pasado este tiempo y con las pechugas ya con la bechamel bien compactas las pasamos por huevo batido y luego por pan rallado, si queréis que os quede una capa mucho más crujiente podéis repetir esta operación otra vez.
Calentamos abundante aceite para freír en una sartén amplia o en la freidora y cuando el aceite este bien caliente vamos friendo en ella las pechugas en tandas, de poco en poco y dándoles la vuelta ojo con el fuego tiene que estar caliente pero sin pasarnos.
Cuando tengan un bonito color dorado las retiramos del fuego y las ponemos sobre un papel absorbente.
Servimos caliente y acompañamos con una ensalada para aligerar un poco el plato.
Tenéis la opción de hacer más cantidad y congelarlas una vez empanadas, congelan a la perfección.
Espero que os guste la receta.
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