Ésta semana me apetecía probar un postre que ya llevo escuchándolo desde hace un tiempo, y todo son buenas críticas. Es un postre de plato, que creo que se suele servir más en restaurantes de lo que se hace en casa. Pero como tenía ese run-run, he querido experimentarlo, cocinándolo yo en casa y degustándolo después para deciros mi impresión.
Sinceramente estaba un poco reticente ya que no me gusta el vino (soy así de rara, mira tu…). Sin embargo me dije que hay que probar las cosas antes de decidir si me gustan o no; de pequeña siempre me lo decían en casa, ya que era bastante “asquerosilla” para comer….si no entraba por la vista, tenía que estar malo seguro (que ignorante era! jejeje). Ahora sé que aunque tenga un aspecto un poco más feo a mis ojos, lo importante es el sabor.
Como sabréis hay muchas variedades de peras y de vinos también. Aquí hay las peras blanquilla, las conference, las peras limoneras, las peritas de san juan….así hasta doce tipos diferentes. Y si hablamos de vino tinto, puedo empezar ahora y no terminar la lista hasta mañana. Pero debo confesar que pienso que gastarse el dinero en un buen- buen vino tino para cocinar…es tirar el dinero. Yo he comprado peras conference, que son bastante dulzonas y no tienen demasiada agua, y un vino del baratillo de brick. Pero aquí depende de vuestro criterio.
Pero mejor dejo de hablar de mis cosas y vamos al lío, no? Que hoy tengo la lengua demasiado suelta, jejeje… Los ingredientes que vamos a necesitar para una ración de cuatro invitados son:
4 peras (1 pera/persona)
1/2 L de vino tinto
150 gr de azúcar
1 ramita de canela
Cáscara de 1 naranja y de 1 limón
En un cazo vamos a poner primero el vino tinto a fuego medio. Cuando esté caliente, le añadimos el resto de ingredientes: la ramita de canela y las cáscaras de los cítricos y el azúcar. Hay que pelar las peras, dejándoles el rabito para luego poderlas manipular bien, y si les sacaremos el corazón con un descorazonador (si lo tenéis) aunque no es imprescindible hacerlo, se pueden dejar enteras. En el momento que notemos que el azúcar esté disuelto (en un par de minutitos está) hay que sumergir las peras en éste “caldo”, y las dejaremos así haciendo chup-chup durante unos 15-20 minutos. Dependiendo de lo maduras que estuvieran, tardarán un poco más o un poco menos. Siempre es mejor comprobar su punto de cocción con la ayida de un palillo: si se notan las peras blanditas, pero que no llegan a deshacerse, están en su perfecto punto. Recordad que con el calor se va a evaporar y a reducir la cantidad de líquido, así que mientras estén haciéndose las peras hay que ir mirando que estén bien regadas por todos los lados. El vino tinto téñirá de un color oscuro la fruta (si no llega el líquido por todas partes, tendremos peras blancas y moraditas), tal como se aprecia en la foto:
Hay que dejar enfriar nuestro postre y después ponerlo en la nevera al menos media hora. Aunque es un postre más bien de invierno, las peras ahora están en temporada máxima. Así que hay que aprovecharlo. Para servirlo, vamos a poner una pera (si puede aguantarse en pie por sí misma, mejor) en un platito o cuenco pequeñito con un poco del “caldo”. Hay quien prefiere reducirlo aún más tiempo, pero como queráis. Yo no lo he hecho. Debo deciros que me ha gustado mucho: la pera de por sí ya tiene un sabor suave, pero el vino le da un sabor muy bueno. No lo había probado hasta ahora, y la verdad es que os lo recomiendo.
Dadle un toque dulce a vuestro día. Hasta otro día golos@s!
Archivado en: Recetas Tagged: peras; vino tinto; postre al plato
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