La receta que os traigo hoy me recuerda mucho a mi niñez. De pequeña me encantaban los Petit Suisse blancos. Recuerdo volcarlos, cortar con un cuchillo la base de plástico para sacarla y ponerles azúcar por encima antes de comérmelos.
Por eso, desde que vi que mi amiga Laura los hacía en casa no he podido dejar de pensar en ellos y hoy he decidido hacer mi propia versión de los blancos, que eran mis preferidos.
Igual me animo y los preparo de sabores...
Si os apetece ver una versión más saludable de estos petit suisse no dejéis de visitar su receta.
Espero que os guste y que si la hacéis, me lo contéis. Empezamos?
PREPARACIÓN
1. Con la ayuda de un robot o varillas eléctricas montamos la nata (crema de leche) y reservamos.
2. Calentamos la leche en un cazo y antes de que empiece a hervir añadimos la gelatina. Removemos bien evitando grumos y dejamos enfriar.
3. Con la ayuda de un robot o varillas eléctricas batimos el queso crema con el azúcar y unas gotas de limón. Añadimos poco a poco la leche que hemos mezclado con la gelatina y seguimos batiendo hasta que esté todo integrado. En este punto dejaremos de usar el robot o varillas eléctricas.
4. Añadimos la nata (crema de leche) y nos ayudamos de una espátula para integrarlo todo bien. Acordaros de no batir, solo mezclar con movimientos envolventes.
5. Repartimos la mezcla en los vasitos, cubrimos con papel film y dejamos enfriar en el frigorífico durante 5-6 horas.
Fuente: este post proviene de Anacocinitas, donde puedes consultar el contenido original.
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