¡Este fin de semana toca postre hecho en casa! Ummm...
Cuando era pequeña me encantaban, recuerdo comerlos siempre del mismo sabor, siempre de fresa. Luego el mercado ha ido ampliando horizontes y hoy día los puedes encontrar de cualquier sabor, pero para mí el auténtico petit suisse de mi infancia es de fresa.
Hace un par de meses paseando por los blogs de los cocinitas que me inspiran, descubrí esta receta, en el blog La cocina de Ani y no pude evitar pensar en ella hasta que la hice, la verdad es que la primera vez no fue lo esperado, mis hijos no han heredado de mi el amor por lo natural, y claro, decidieron arruinarme la alegría. Pero tranquilos a testaruda no me ganan y supe que con unos retoques en el azúcar no se me resistirían y ¡bravo! aquí están mis petit suisse.
Ingredientes:
1/2 l. de leche
200 ml. de nata (crema de leche)
200 g. de queso de untar (tipo philadelphia)
30 g. de azúcar
1 sobre de gelatina de sabor (fresa o el que más te guste)
Elaboración:
Colocar un cazo a fuego lento con la mitad de la leche cuando la leche esté caliente sin necesidad de que hierva.
Retiramos el cazo del fuego, añadimos la gelatina y removemos.
Añadimos el resto de ingredientes y batimos con la batidora, para evitar que se queden grumos.
Rellenar pequeños vasos con la mezcla, es preferible comer dos que uno muy grande.
Meter los petit suisse en la nevera durante un par de horas, para que la gelatina cuaje. Lo ideal es prepararlos el día antes.
Aún recuerdo aquel viejo spot publicitario en el que un chico alto decía: a mi me daban dos. ¿Cuántos te vas a comer en esta ocasión?