El Pipián es una salsa de la época prehispana.
Es uno de los más sencillos moles {palabra de procedencia nahuatl "mulli" y que significa salsa} de su rica gastronomía y se suele preparar en todas las casas. Eso si, cada familia tiene su forma de hacerlo, como suele ocurrir con las recetas tradicionales. Uno de sus más famosos moles, es el Poblano y el Negro, pero con esos todavía no me he atrevido, aunque todo se andará.
Es una salsa donde se combinan frutos secos y semillas {cacahuetes, pipas de calabaza, ajonjolí} verduras {tomates, cebolla y ajos} y chiles {Árbol, Chipotle, Ancho, Morita...}.
Todo en su justa medida hace una riquísima combinación de olor, sabor y también picor. Pero no hay problema, éste último ya lo ajustas a tu resistencia.
Lo he preparado en varias ocasiones, probando distintas recetas, y acomodando el sabor de los chiles a los que encuentro sin dificultad por aquí. Los que ves en la foto son unos largos, secos y picantes. Te enseño en la foto unas guindillas, que son las pequeñas {en México lo llaman Piquín}, para que veas la diferencia de tamaño. Pero estas últimas no las he utilizado para la receta.
Lo cociné con pollo, pero también es habitual hacerlo con cerdo. Por supuesto, las partes del pollo la eliges tú. Me decanté por unos muslos y contramuslos que me gustan mucho, aunque mis hijos prefieren las pechugas.
Me faltaron las Tortillas, pero iba con prisas y ya no me daba tiempo. Aunque al día siguiente, con lo que sobró, desmenucé el pollo y sí que rellené unas Tortillas de Maíz que acababa de hacer. Quedaron espectaculares.
Y ahora, vamos al lío.
NECESITAREMOS
CÓMO LO HAREMOS
* En una olla con bastante agua, pondremos a cocer el pollo, con una poca sal. Si quieres, puedes añadir algún trozo de cebolla, cilantro, laurel, perejil . . . (nunca lo hago).
* Lo dejaremos hasta que esté bien tierno.
* Lavamos los tomates, hacemos una cruz en la base y partimos la cebolla en gajos.
* En una olla con poca agua, pondremos los tomates, la cebolla y los chiles a cocer, fuego medio, unos quince minutos desde que rompe a hervir el agua.
* Dejamos enfriar un poco, pelamos los tomates y batimos todo hasta hacer un puré fino.
* Añadimos la rama de canela y los clavos. Batir de nuevo y recomiendo pasarlo ahora por un colador. Encontrarte con un clavo que no se haya molido bien, puede ser muy desagradable. Reservar.
* En una olla pondremos el aceite a calentar a fuego bajo.
* Cuando el aceite esté caliente, añadimos el puré que habíamos preparado.
* Dejamos que sofría unos cinco minutos, rectificamos de sal.
* Mientras, vamos a tostar sin nada de aceite, el ajonjolí y los cacahuetes, cuidado que el ajonjolí salta.
* Una vez tostados, lo batimos, añadimos un poco de caldo de pollo para que sea más fácil.
* Dejaremos que tenga una consistencia fina.
* Una vez bien batido, se lo añadimos al puré que teníamos al fuego y mezclamos bien.
* Ya tenemos preparado nuestro Pipián.
* Incorporamos el pollo cocido y bañamos bien con la salsa, dejamos cocer diez minutos más y listo para servir.
Si en el transcurso de la cocción, ves que la salsa espesa mucho, le añades más caldo de pollo. Los cacahuetes y el ajonjolí son los encargados de espesarla.
Hay quien añade una tortilla de maíz o un poco de pan rallado, para trabar el pipián, pero de las veces que lo he cocinado, me pareció que no le hacía falta.
El acompañamiento ha sido sencillo, un arroz cocido y un puré de frijoles refritos.
Vamos, no me digas que no es sencilla la receta de hoy, y bien rica además. Que aunque sean muy populares las fajitas y los burritos, la cocina mexicana va mucho más allá. Por algo la Unesco, la nombró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en el año 2010.
Y eso es todo, hasta la próxima entrada, sé feliz o al menos, inténtalo.