Con esta receta convertiremos la triste pechuga a la plancha en algo muchísimo más rico. Vamos a cocinar unos trocitos de pollo con salsa satay y marinados con salsa de soja, una fusión de sabores que te va a encantar. ¡Presta atención porque la receta es tremendamente fácil!
Cocinar el pollo a la plancha es muy aburrido a menos que añadas algunas especias o lo acompañes de salsas. La propuesta que te hago hoy del pollo con salsa satay y marinado con salsa de soja es una forma divertida y distinta de comer pollo.
Te podrás imaginar que la gracia de la receta radica en la salsa satay, que es una salsa a base de mantequilla de cacahuete (también se le conoce como satay peanut sauce) y que dependiendo de la versión que estemos haciendo, puede incorporar salsa de soja y/o leche de coco. En el blog Las Salsas de la Vida nos cuentan que el satay es muy popular en el sureste asiático, pero también en los Países Bajos, gracias a la influencia de su pasado colonial.
Si has ido a comer a un resturante de cocina tailandesa, probablemente ya hayas probado esta receta, porque son muy típicas las brochetas de pollo con salsa de cacahuete o satay. Esta salsa aporta por un lado un toque dulzón y de fruto seco y, por otro, un toque algo picante, un contraste fenomenal para dar un poquito de gracia al pollo.
Ahora puedes encontrar fácilmente en el mercado la salsa satay hecha, pero si no la consigues, no te preocupes, que te daré más abajo una receta para hacer la salsa satay casera. ¡Apunta la receta ya!
Ingredientes:
500 g de pechuga de pollo
1 cucharada de aceite de girasol para la plancha
4-5 cucharadas de salsa satay
Arroz cocido de acompañamiento
Marinado de salsa de soja:
3 cucharadas de salsa de soja Kikkoman
1 cucharada dde vino blanco
2 cucharaditas de harina de maíz refinada (Maizena)
Sal y pimienta negra al gusto
Preparación del pollo a la plancha con salsa satay y marinado con salsa de soja
1. Cortamos las pechugas de pollo en cuadraditos y las colocamos en un bol o bolsa de plástico (cuando voy a marinar algo lo meto mejor en una bolsa de plástico que vaya luego bien cerrada, se mezclan mejor los ingredientes).
2. Hacemos el marinado con la salsa de soja, el vino y la pimienta negra. Apenas le pongas sal porque tanto la salsa de soja como la salsa satay van bien condimentadas. Añade el marinado a la bolsa con la pechuga de pollo y deja reposar en la nevera al menos 30 min (no lo dejes más de 2 horas).
3. Mezcla el pollo con la salsa satay, pero antes escurre los trozos de pechuga para quitarle el exceso de marinado.
4. Haz el pollo a la plancha: calienta una sartén antiadherente, añade un poquitín de aceite de girasol y ve cocinando el pollo a fuego medio hasta que se caramelice (le tienes que ir dando vueltas para que se haga por todos lados).
5. Sirve acompañado de arroz cocido y más salsa satay. Cocinado así, el pollo queda tremendamente jugoso y con un sabor espectacular.Si quieres conocer otra idea para que el pollo te quede muy jugoso y con sabor, mira esta receta de pollo al vapor con curry.
Cómo hacer la salsa satay casera
Aunque de primera opción elijas comprarla hecha, no está de más que sepas cómo hacer la salsa satay. La marca que probé yo no está mal, pero no sabe igual que la que te haces en casa. Que conste que la que pongo aquí es la que me hago yo y no siempre tengo todos los ingredientes. La cuestión es ir probando las alternativas.
Para hacer la salsa satay vas a necesitar:
3 cucharadas de mantequilla de cacahuete o, alternativamente, 4-5 cucharadas de cacahuetes tostados
1 chalota pequeña y 1 ajo
2 cucharadas de vinagre de arroz o, alternativamente, vinagre de manzana
2 cucharadas de salsa de soja
1/2 vaso de leche de coco o, alternativamente, nata (crema de leche) para cocinar
1 guindilla
Sal y pimienta al gusto
Simplemente, batimos todos los ingredientes y dejamos cocinar a fuego medio-bajo durante 10 min. No te olvides de remover constantemente, tiende a pegarse con mucha facilidad.
Espero que te guste esta receta de pollo con salsa satay y si finalmente te animas a hacer la salsa satay casera, mejor que mejor.
¡Un saludín!
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Fuente: este post proviene de El Saber Culinario, donde puedes consultar el contenido original.
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