De nuestro recetario tradicional siguen saliendo estas recetas que enamoran. Guisos sencillos, de los de "toma pan y moja", que nos hacen rebañar el plato y disfrutar de la comida. Es un plato que necesita muy pocos ingredientes, se hace de forma sencilla y lo podemos tener preparado con antelación (¡y también congela muy bien!).
Lo podemos servir acompañado de unas patatas al horno, de un arroz basmati o con una buena barra de pan!, que seguro que le vamos a dar buena cuenta.
Aunque el ajo es el ingrediente principal, su sabor no resulta demasiado fuerte, queda muy agradable.
Nosotros siempre lo preparamos con pollo, porque en casa nos gusta más, pero es una receta adaptada de su versión con conejo.
Ingredientes:
1 pollo troceado (o conejo)
4/5 ajos
2 1/2 vasos de vino blanco
perejil, tomillo, sal
Aceite
1.- Salamos y freímos el pollo en una cazuela.
2.- Mientras, en un mortero, picamos los ajos junto con el perejil y el tomillo. No se machaca mucho.
Añadimos dos dedos de vino al mortero y mezclamos.
3.- Freír los trozos de pollo por tandas, hasta que estén bien dorados por fuera y por dentro. Retiramos el aceite sobrante, dejando un par de cucharadas y añadimos el vino. Dejamos cocer hasta que reduzca el caldo.
4.- Incorporamos lo del mortero al guiso y dejamos terminar de cocer hasta que la salsa espese.