Me encanta el pollo KFC. Es una de mis opciones preferidas en cuanto a comida rápida. Durante el confinamiento, a falta de desplazamiento para ir a comerlo, decidí probarlo en casa.
La receta que seguí es de Recetas de Rechupete No te voy a engañar, sale delicioso, pero acabé hasta el moño de freír, jajaja. Ya me había pasado lo mismo el día que preparé las berlinas de chocolate. Y con las alas de pollo, aunque desde que las hago en la olla lenta ahí me he quitado mucho jaleo.
Ingredientes (para 4 personas):
Pollo troceado: un kilo.
Harina de trigo: 250 gramos.
Pimentón dulce: 1 y 1/2 cucharada.
Pimentón picante: una cucharadita.
Ajo en polvo: 1/2 cucharadita.
Curry en polvo: una cucharadita.
Estragón: una cucharadita.
Tomillo seco: una cucharadita.
Eneldo: una cucharadita.
Mejorana: una cucharadita.
Sal: una cucharadita.
Pimienta negra molida: una pizca.
Agua: 350 mililitros.
Aceite de oliva virgen extra.
Elaboración del pollo KFC:
Quita la piel a los trozos de pollo, de esta manera el sabor de las especias penetrará más en la carne y estará más sabroso.En un bol mezcla todas las especias, la sal y la pimienta negra. Divide en dos esa mezcla de especias y reserva una de las mitades. La otra mitad, mézclala en un bol grande con 150 gramos de harina.
Mezcla todo bien y añade el agua. Vete añadiéndola poco a poco hasta conseguir una crema espesa. Después tendrás que rebozar el pollo en ella, así que no debe ser muy líquida o se escurrirá antes de llegar a la sartén.
Pon el pollo dentro del bol y mezcla todo. Tapa el bol con papel film y mételo en la nevera hasta el día siguiente.
Mezcla en un bol los 100 gramos restantes de harina con la mezcla de especias que habías reservado.
Cuando vayas a hacer el pollo, calienta abundante aceite de oliva en una sartén o en una cacerola alta. Coge un trozo de pollo y, sin escurrir, pásalo por la mezcla de harina y especias. Fríe los trozos de pollo hasta que estén dorados.
No pongas el fuego demasiado alto, porque si los trozos son muy grandes corres el riesgo de que se queden poco hechos. ¡Y no hay nada más desagradable que el pollo crudo!
Puedes subir el fuego cuando eches el pollo en la sartén para que el rebozado se pegue y después bajarlo para que se cocine bien. Ahora entiendes porqué terminé harta de freír, ¿no?
A medida que vayas sacando el pollo de la sartén, deja que escurra el exceso de aceite colocándolo sobre un colador grande. Si no tienes, ponlo sobre papel de cocina.