Casualidades de la vida cuando, buscando en imágenes de Google "barquito de chocolate" (esa es otra larga historia), me encontré con esta cucada de barquito de pasta filo.
Nada que ver con lo que yo buscaba oigan, pero ojiplática ante el descubrimiento de esto de la papiroflexia comestible, porque... ¿qué podría hacer una servidora con semejante hallazgo?
Y los que me conocéis no habréis dudado ni por un momento ¡claro!, jajaja... exacto, POMPONES.
No sabéis qué subidón ante la posibilidad de hacer pompones comestibles... que ya no sólo pueden decorar mis fotos, es mucho mejor que eso, pueden ser parte de la creación y coronar cualquiera de mis tartas... #MuerodeAmor
Claro que, tras un primer intento fallido con pasta filo (tan fina y delicada que vaticinaba un auténtico desastre), finalmente decidí probar con pasta brick que, aunque un poco más gruesa, su manipulación permite hacer los pliegues con relativa facilidad.
POMPONES DE PASTA BRICK
(Para 4 pompones)
1 paquete de pasta brick (vienen 8 obleas redondas)
Mantequilla derretida para pintar las hojas de brick
100 gr de cocholate blanco
Decoración de azúcar (yo bolitas de colores)
Cuerda de hilo de algodón (de uso alimentario, por ejemplo para mechar carne)
Para los pompones
Cortar las hojas de brick por la mitad con unas tijeras, obteniendo 16 mitades (4 para cada pompón).
Tomar 4 mitades y cortarlas juntas en forma de rectángulo (que sea más o menos el doble de largo que de ancho), así conseguimos que sean todas iguales.
Para el montaje de un pompón tendremos entonces 4 rectángulos de brick.
Apilar las 4 hojas de brick de una en una y untándolas previamente con un pincel con mantequilla derretida.
Como no he podido hacer fotos del proceso porque su manipulación tenía que ser relativamente rápida, os dejo el link a cómo hacer un pompón paso a paso.
Cuando tengáis el pompón, hornear 180º C, función arriba y abajo hasta que esté doradito.
Dejar enfriar y cortar la cuerda con el fin de eliminarla.
Preparar 2 cuencos, uno con el cocholate derretido y otro con las bolitas de colores.
Derretir el cocholate blanco al micro, dando golpes cortos a media potencia y vigilando que no se queme.
Con mucho cuidado, insertar el pompón en el cocholate para mojar los bordes y, sin esperar a que se seque, pasar por las bolitas.
En este instante, se me ocurre otra forma en papiroflexia que tengo en mi repertorio, pero no diré nada de nada, a ver si se me ocurre cómo sorprenderos otro día... ¡se admiten apuestas!
Nos vemos pronto Churretos@s.
Besos.
Raquel