La idea inicial fue prepararla como acompañamiento de carnes y patês, pero cuando vi a mi hijo pequeño, de dos años, untando picos de pan en ella y devorándola, ya supe que igual no llegaba a ser compañera de ningún plato. Menos mal que una es previsora y guardé un bote para futuras ocasiones...
Llegadas estas fechas, es un buen complemento para añadir a esos platos tradicionales y darles una vuelta. Yo tengo algunos en mente, y no creo que me defrauden. Ya os iré contando...
Si os gusta el tomate, no dudéis en prepararla, porque de verdad que está buenísima. Yo siempre envaso al vacío, pero si no queréis, podéis guardarla en la nevera bien cerrado el tarro una vez que haya enfriado. En este caso, tendréis que consumirla pronto para que no se estropee.
Ingredientes
1 kg de tomates verdes
700 gr de azúcar
Zumo de 1 limón
Agar-agar (opcional)
En Thermomix
Escaldar los tomates en agua hirviendo unos minutos para facilitar el pelado.
Trocearlos y echarlos en el vaso junto al zumo del limón. Triturar 4 seg, vel 5. Abrir el vaso y añadir el azúcar. Programar 20 min, 100º, vel 1. Colocar el cestillo encima de la tapa para evitar salpicaduras.
Cuando finalice el tiempo, comprobar la consistencia de la mermelada. Si os gusta más espesa, añadir el agar-agar, pero recordar que la mermelada tiende a espesar cuando se enfría. Programar 4 seg, vel 5.
Embotar en tarros de cristal esterilizados y envasar al vacío.
Método tradicional.
Escaldar los tomates en agua hirviendo unos minutos para facilitar el pelado.
Trocearlos y echarlos en una cazuela junto al zumo del limón y el azúcar. Poner a fuego medio y remover de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo. Id comprobando la consistencia y os gusta más espesa, añadir el agar-agar, pero recordar que la mermelada tiende a espesar cuando se enfría. Dejar cocer unos minutos bien, removiendo constantemente para que se mezclen bien todos los ingredientes.
Pasar por la batidora y embotar en tarros de cristal esterilizados y envasar al vacío.