Con el accesorio de Tescoma me ayuda mucho porque escurre muy bien el suero restante y lo deja bien prensado y con la forma. Sobre el proceso de curación, estuve mirando en foros de internet y todo es cuestión de un lugar apropiado y paciencia, aunque en este primero no tuvimos mucha paciencia. No llegó a las tres semanas la curación, y la textura que quedó fue la de un queso semicurado. En la próxima tendremos más paciencia y dejaremos que pase el mes, que como mínimo tiene que pasar.
Ingredientes (un queso de 350 gr. aproximadamente):
un litro y medio de leche fresca de vaca
el zumo de un limón grande o dos medianos
sal
pimentón rojo picante Vega Cáceres
AOVE
Preparación:
1.- Ponemos a calentar la leche en el microondas durante 15 minutos a máxima potencia.
2.- Una vez calentada añadimos el zumo de limón.
3.- Enseguida veréis como la leche empieza a cortarse y se separa el suero. Si no es así, ponerlo a calentar un par de minutos más.
4.- Dejamos enfriar durante 30 minutos, para que baje la temperatura y se separe bien el suero.
5.- Mientras preparamos el bote con rejilla al fondo, en el que introduciremos una gasa.
6.- Pasados los 30 minutos, cogeremos con una cuchara e iremos poniendo el queso en un recipiente, donde pondremos la sal. El punto de sal y de las hierbas, es a vuestro gusto pero una cucharada de cada ingrediente, es lo que yo puse. Mezclamos bien con la leche cuajada, todos los ingredientes.
7.- Seguidamente ponemos en el bote que tenemos preparado, la mezcla del recipiente y con el accesorio para prensar vamos quitando el sobrante de suero del queso. Esta acción la iremos haciendo cada 10 ó 15 minutos, hasta que comprobemos que no suelta más suero.
8.- Escurrido el suero completamente, dejaremos enroscado el accesorio de prensado al bote y lo meteremos en la nevera.
9.- Transcurrido como mínimo una hora, sacamos el queso del bote y lo embadurnamos de sal gorda por todos sus lados y lo dejamos reposar en un bol donde quepa de sobra (porque va a soltar más líquido con la sal) durante una dos horas aproximadamente. Transcurrido este tiempo lo lavamos bien bajo el agua.
10.- Colocamos el queso sobre una rejilla, para que esté ventilado por la parte inferior y no críe moho. Lo ponemos en un lugar fresco. ventilado y protegido.
11.- Los primeros días le daremos vuelta a diario para que cure uniformemente y observaremos que poco a poco se irá formando la corteza amarilla.
12.- Después le iremos dando la vuelta cada tres cuatro días. Lo untaremos de AOVE y pimentón picante, para protegerlo y que no salga moho. Como no tuvimos paciencia, no llego a tres semanas la curación y os tengo que decir que el resultado fue bastante satisfactorio.