Si me seguís en instagram, sabréis que llevo mucho tiempo, desde mi embarazo de Leo queriendo probar a hacer quesos, os lo voy contando por stories y ya sabéis que tenéis todas mis comidas diarias etc por ahí, así que si todavía no me sigues puedes hacerlo aquí.
Hace poco que me compré el nuevo libro de Pan con queso de Consol Rodriguez y el de Quesos caseros sin lácteos de Miyoko Schinner; ambos me los he leido de arriba a abajo para aprender este arte culinario de la fermentación, los tiempos de curado, cómo utilizar las semillas germinadas etc, así que ya tocaba empezar a ponerlos en práctica, aunque tuve que repetir y repetir alguna receta hasta conseguir la curación que deseaba, al fin di con mi mezcla de ingredientes y utensilios perfecta para que saliera un queso tal y como yo me lo imaginaba.
La receta que quiero compartir con vosotros es la de un queso a base de nueces de macadamia, con el cuerpo, el sabor y la consistencia necesarias para que realmente sea un queso curado, y además cuanto más tiempo lo dejemos secar más duro se pondrá, eso sí, hay que tener paciencia y esperar los días suficientes para que coja el sabor y la dureza pero os prometo que merece la pena la espera. Para esta receta he estado 11 días en total. Ya veréis que en la receta os lo describo día a día lo que hay que hacer.
Para hacer este queso necesitaremos agua encimática o Rejuvelac, os cuento cómo la preparo yo, aunque también podemos sustituirla por dos pastillas de probioticos (yo utilizo los, Solgar, Advanced 40+ Acidophilus) sin el plástico que las recubre y disolviéndolas con la mezcla de macadamias a remojo, eso haría que redujese el tiempo de preparación del queso 3 días ya que no hace falta preparar el rejuvelac.
Este queso tiene ademas tiene una corteza fina que le da un carácter y una presencia muy especial. La verdad es que no tiene nada que envidiar a los quesos que podemos encontrar en tiendas especializadas que son tan caros, lo podemos preparar con las especias que queramos, podéis utilizar esta receta como base e ir incorporando sabores y colores diferentes, con cúrcuma, pimentón, romero, tomates deshidratados, todo lo que se os ocurra.
Tenéis que tener en cuenta todos los materiales, colador, gasa o muselina, tarro de cristal, pincel etc etc, leer bien los pasos ya que un error nos haría tener que volver a empezar con la receta, pero no os preocupéis, es muy sencilla, tan sólo hay que seguir los pasos y tener paciencia.
En el blog tenéis varias recetas de quesos, como por ejemplo la del queso cheddar, ideal para cocinar, pero este queso es para tomar solo, como aperitivo, degustarlo y disfrutar de nuestro trabajo y paciencia, así que os dejo aquí la receta dividida en días leedlo todo bien primero para saber los pasos y los ingredientes necesarios, no os asustéis, la paciencia y el amor por la cocina harán maravillas.
Queso vegano curado de macadamias
Ingredientes
Para el Rejuvelac (Agua encimática o probiótica)
Un puñado de quinoa
Agua Para el Queso
1 Taza de Rejuvelac
200 gr de nueces de macadamia
1 Pizca de sal
3 cucharadas pequeñas de miso blanco
3 cucharadas soperas de rejuvelac
Instrucciones
Día 1
Activamos las semillas remojándolas en un bote de cristal con agua durante 8 horas, (yo lo dejo por la noche). Día 2
Escurrimos la quinoa y la ponemos sobre un colador, debajo ponemos un bol para que no escurra el agua y lo tapamos con un trapo o tela para que no le de la luz directa. Lo dejamos todo día y lo vamos aclarando e hidratando cada 8 horas, es decir unas dos veces al día. Día 3
Ponemos las semillas germinadas en un tarro limpio de cristal de 1 litro, añadimos agua limpia y tapamos el tarro con una gasa o tela que deje pasar el aire, ajustamos con una goma o cordón y dejamos reposar 24 horas para que fermente.
Ponemos las nueces de macadamia a remojo en un bol durante 24 horas. Día 4
Observamos nuestro tarro de rejuvelac, si le damos unos golpecitos veremos que salen burbujas hacia arriba, eso significa que nuestra agua encimática esta lista.
Colamos nuestro rejuvelac, con la quinoa germinada podemos hacer otra vez más rejuvelac dejándolo fermentar en la mitad de tiempo 12 horas si queremos pero con lo que hemos preparado hay más que suficiente. Conservamos en la nevera en un bote de cristal cerrado herméticamente.
En una batidora potente, ponemos nuestras nueces de macadamia, 1 taza de rejuvelac y una pizca de sal, batimos durante 10 minutos o el tiempo suficiente para que se haga una pasta muy suave, si vemos que nuestra batidora no puede con la mezcla, la ayudamos añadiendo un poco más de rejuvelac.
Una vez está batido vertemos sobre una gasa, muselina o tela para leches vegetales y hacemos un nudo, veremos que empieza a escurrir el líquido, lo dejamos colgando con un bol debajo para que recoja el líquido, o bien apoyado en el bol sobre un colador con un tarro lleno de agua para que con el peso escurra bien el líquido.
Dejamos reposar y escurrir durante 24 horas. Día 5 al 11
Sacamos de la gasa el queso, veremos que nos ha quedado una bola consistente.
Le damos forma con la ayuda de un aro o de nuestras manos para que quede más rústico.
Ponemos el queso sobre una hoja de papel de hornear y un plato.
Mezclamos el miso blanco con el rejuvelac y formamos una pasta, con la ayuda de un pincel pintamos el queso de manera uniforme salvo la parte que apoya.
Dejamos reposar el queso durante 3 días, al tercer día le damos la vuelta, volvemos a preparar miso con rejuvelac y pintamos la parte que faltaba y dejamos reposar durante otros 3 días.
Podemos dejarlo más tiempo si queremos un queso más fuerte, aunque a mi me encantó el sabor dejándolo 6 días curar, lo guardamos en la nevera y nos puede aguantar un par de semanas, si lo dejamos más puede cambiarle el sabor y ponerse más fuerte.
Recipe Notes
Si os sale moho blanco en el proceso de curación del queso, cosa completamente normal, podéis dejarlo, no pasa nada por comerlo, o retirarlo cuidadosamente con un cuchillo.
Si os sale moho verde debeis retirarlo con un cuchillo.
Si sale moho rojo amarillo o de color feo, debéis desechar el queso.