Hoy os traigo mi versión de la famosa tarta Red Velvet, una tarta que combina el sabor indescriptible y la textura aterciopelada del bizcocho, con una crema de queso deliciosa y sedosa. Si no os gusta demasiado el queso, no os asustéis, el sabor no es demasiado intenso.
Esta tarta ocupa un lugar muy especial en mi corazón, pues fue la tarta que me animó a descubrir el mundo de la repostería, hace ya 4 años, cuando me la preparó mi querida amiga y mentora Chari, cuando pasaba unos días en su casa. Al feliz recuerdo de estar en compañía de mis amigos, cosa que puedo repetir poco por la distancia, se une la agradable explosión de emociones que me embargó al saborear el primer bocado.
La receta la publiqué por primera vez el 4 de septiembre del 2014 y, ¡madre mía, lo que ha llovido! En aquel entonces llevaba poco tiempo haciendo dulces y no tenía claro ni mi estilo ni que quería dedicarme a la pastelería de forma profesional.
Así os la presenté en 2014
Os recuerdo mi palabra de aquel entonces:
"Cuando creé hace más de un año mi página de Facebook Dulcerías con Sorpresa, me embargaba la ilusión de haceros llegar de la manera más directa posible lo más especial del dulce. Esperaba que mis tartas sorprendieran a vuestros familiares, amigos o a cualquiera que se entusiasmara al recibir algo dulce por una fecha especial. ¿Qué es un cumpleaños sin una tarta? Sin embargo, quería alejar estas tartas del concepto de pastel que se tiene, por lo menos, aquí en mi ciudad.
Mi objetivo era sorprender, como mi propio nombre indica. Quería hablar del ganache, haceros llegar que una tarta de fondant no tiene por qué estar seca (...) También quería introducir dulces sencillos, porque me encantan las tradiciones pues son una parte necesariamente inalterable de nuestra cultura, aunque no por ello se puedan mejorar."
Hoy os presento de nuevo esta receta con una redaccción más cuidada, mejoras en la elaboración y con un toque nuevo, más elegante, además de una fotografía más sugerente, que combina mejor con la nueva imagen del blog. Para las elaboraciones de la tarta en sí, sin embargo, me he querido ceñir a su presentación tradicional, sobre todo porque es la tarta favorita de mi hermano y, como era su cumpleaños, no quería que innovara con otra receta.
Mi amiga Loli y yo en mi primer cumpleaños. Podéis advertir que ya entonces me encantaba el dulce. Para muestra, mi cara.
A continuación, os dejo con el desglose de los utensilios, ingredientes, preparación y trucos necesarios:
Cantidad: 20 cm de diámetro por 10 de alto (para unas 15 personas)
Tiempo: el siguiente es el plan de trabajo que yo he seguido.
Mi plan de trabajo es de 3 días de elaboración:
El primer día: los bizcochos.
El segundo día: la crema de queso, el montaje y el acabado.
Utensilios que he utilizado
Báscula
Cake tester o palillos (para comprobar la cocción de los bizcochos)
3 moldes desmontables de 20 x 3,5 cm.
Manga
Para disponer el relleno sobre los bizchcos: boquilla redonda. También podéis utilzar una espátula.
Espátula grande
Rallador para el bizcocho
Batidora eléctrica de varillas o amasadora (para la base de crumble)
Espátulas de silicona
Rejilla para enfriar bizcochos (sustituible fácilmente por la rejilla del horno apollada en algo –yo la utilizaba al principio)
ELABORACIÓN
Yo la hago en dos días, porque me gusta que la miga del bizcocho se asiente de un día para otro para que luego su nivelado y el montaje final me resulte más fácil, pero podéis hacerlo todo el mismo día. El primer día, hacemos:
La harina de repostería
Se caracteriza por su bajo contenido en proteínas. Podéis comprarla o hacerla vosotros mismos. Como a mí me resulta difícil de conseguir en supermercados o tiendas físicas, la preparo yo mismo, con la receta de Bea Roque.
Mezclar 2 cucharadas de maicena por cada 200 gr de harina normal y tamizar la mezcla 3 veces. El buttermilk
Hay gente que lo encuentra en Carrefour o en Lidl. Yo, como tampoco lo encuentro, lo hago yo mismo, ¡es súper fácil!
Mezclamos 1 cucharada de zumo de limón por cada 250 ml de leche entera, dejamos reposar sin remover y, una vez la leche tiene una apariencia cortada o de yogur muy líquido, mezclamos un poco y utilizamos.
EL BIZCOCHO
187 gr. de mantequilla sin sal cortada en cubos y a temperatura ambiente
412 gr. de azúcar blanco
3 huevos XL
420 gr. de harina de repostería
23 gr. de caco en polvo
1 cucharadita y media de levadura química
1 cucharadita y media de bicarbonato sódico
1/4 de cucharadita colmada de sal fina
360 gr. de buttermilk (suero de leche)
2 cucharaditas y media de colorante rojo en pasta (Americolor, Wilton, Sugarflair)
1 cucharadita y media de extracto de vainilla
1 cucharadita y media de vinagre de vino blanco
Precalentamos el horno a 170ºC con fuego arriba y abajo y la rejilla colocada a media altura.
Ponemos en un bol la mantequilla y el azúcar y batimos a velocidad medio alta hasta que la mezcla blanquee y doble su volumen.
Mientras, tamizamos y mezclamos, por un lado, los ingredientes secos (harina, levadura, cacao, bicarbonato y sal), y, por otro lado, el buttermilk con el vinagre, el colorante y la vainilla.
Cuando la mezcla de mantequilla y azúcar esté esponjosa, es el momento de añadir los huevos. Añadimos los huevos, ligeramente batidos, de uno en uno, batiendo a velocidad baja y sin incorporar el siguiente hasta que el primero no esté integrado.
Cuando esté todo integrado –es posible que tenga una apariencia cortada–, añadimos primero los ingredientes secos, en tres veces e, intercalados, los líquidos, en dos veces. Sería así: secos - líquidos - secos - líquidos - secos.
Ahora repartimos la mezcla de manera equitativa en los tres moldes. Yo me ayudo de una cuchara de helados y voy echando cucharadas de una en una en cada uno de los moldes. Alisamos ligeramente con una espátula.
Con el horno precalentado, horneamos los bizcochos de 25 a 30 minutos, hasta que al pinchar con un palillo, este salga limpio.
Sacamos los bizcochos del horno y los dejamos enfriar ligeramente dentro del molde. Luego, desmoldamos sobre una rejilla y los dejamos enfriar del todo.
Los cubrimos con papel film y los dejamos toda la noche en la nevera. También podéis congelarlos y descongelar antes de usarlos.
El día siguiente hacemos:
EL NIVELADO DE LOS BIZCOCHOS
Nivelamos los bizcochos con una lira o un cuchillo de sierra, a la misma altura.
Rallamos los recortes para utilizar esta ralladura en la decoración.
LA CREMA DE QUESO
La consistencia adecuada de esta crema es casi imposible de conseguir a mano, por eso es importante que sigáis la preparación que os indico detalladamente y que utilicéis al menos la batidora de varillas eléctrica.
250 g de mantequilla a temperatura ambiente
350 g de azúcar glas (superfino, tipo "icing sugar") tamizado
550 g de queso crema (tipo Philadelphia, ¡la variedad light no!)*
Batir a velocidad media la mantequilla en punto pomada con el icing sugar o azúcar glass (ni lo intentéis con azúcar común porque se notará el grano y será desagradable), hasta que blanquee y doble su volumen. (¡Ojalá tuviera fotos! Podéis ver su aspecto en la foto 3 de este tutorial de Bea).
Añadir el queso crema muy frío de golpe (yo lo meto 5 minutos en el congelador antes de ponerme a hacer la crema). Batir a velocidad mínima y solo hasta que esté integrado, de lo contrario la consistencia cambiará.
Meter la crema en una manga y reservar.
MONTAJE
Para el montaje de los layer cakes, yo siempre utilizo un plato giratorio, es de mucha ayuda, pero podéis "espatular" la crema sin plato, aunque es un trabajo mucho más tedioso. También podéis rellanar los bizcochos y cubrir solo la parte de arriba para conseguir un naked cake, que están muy de moda y queda precioso también.
Colocamos el bizcocho más feo, del revés, sobre una base de cartón, pegándolo con un poco de crema para que no se nos mueva.
Repartimos un poco de crema de queso sobre el bizcocho, formando una espiral con la manga desde el centro hacia fuera y alisamos un poco con la espátula para que quede recto.
Colocamos ahora el segundo bizcocho y presionamos ligeramente. Volvemos a cubrir con más crema.
Colocamos el tercer bizcocho.
Ahora cubrimos con muy poca crema para crear la capa tapa migas, tanto en la superfície de nuestra tarta como en los laterales. Para la superficie, colocamos la espátula, apoyada solo por uno de sus bordes, sobre el bizcocho y giramos el plato. La crema se extenderá sin necesidad de que movamos también la espátula.
Ahora repartimos la crema por los laterales. Rellenamos con la espátula los recovecos que hayan podido quedar entre los bizcochos y, a continuación, extendemos la crema, sin pegar la espátula por completo a los bordes y girando el plato, otra vez,
Una vez tenemos lista esta capa tapa migas, metemos la tarta en la nevera durante media hora para asegurar que no nos llevemos parte de esta capa al colocar la siguiente.
Ahora colocamos una capa más gruesa, primero en los laterales y luego en la parte superior.
Para asegurar que esta capa quede bien lisa, podemos calentar la espátula o con agua caliente o bien con un soplete y pasarla ligeramente por los bordes.
Podemos hacer alguna forma con la espátula en la parte superior.
ACABADO
Cuando tenemos la tarta lisa y con la decoración con espátula que queramos, decoramos con las migas del bizcocho rallado, formando una corona en la parte superior. Levantamos la tarta y repartimos unas pocas migas alrededor de la base también. Reservamos en nevera.
Variaciones
Podéis sustituir el queso crema por el que más os guste, pero tiene que tener un alto porcentaje de materia grasa para que no se perjudique la consistencia de la crema.
También podéis añadirle un poco de coco rallado directamente a la crema o espolvorearlo al final.
Podéis decorarla como más os guste, por ejemplo, con unas tejas de chocolate (receta aquí), con un coulis (tenéis también la receta aquí), con flores, hojitas o frutas cristalizadas, haciendo formas con la crema de queso con ayuda de la manga...
Conservación
Los bizcochos los podéis congelar por unas semanas.
La tarta acabada solo se puede guardar en la nevera unos 4 días.
Fuente de las recetas:
Bizochos del libro: El rincón de Bea, apasiónate por la repostería
Crema del blog: Tartacadabra ( a su vez, adaptada , del Hummingbird Home Sweet Home Book)
Muchísimas gracias por pasarte a ver la receta.
Espero volver pronto. Mientras tanto, ya sabéis que podéis seguirme en las redes sociales.
Muchas gracias por estar ahí y un beso muy fuerte.