Su origen es norteamericano, pero es tal el atractivo y singularidad de este pastel que su receta ha traspasado todas las fronteras. Ahora es facilísimo poder degustar un pedazo de una tarta red velvet en prácticamente cualquier parte del mundo. Eso sí, muchos solo la prueban en cafeterías y confiterías porque no se atreven a prepararla en casa. Sus cualidades especiales hacen que se piense de forma errónea que es una tarta muy difícil de hacer. ¡Nada más lejos de la realidad! Hoy te demostramos que su elaboración no entraña grandes dificultades y mucho menos si se prepara con la ayuda de nuestro robot Companion de Moulinex. ¡Te saldrá una red velvet perfecta sin apenas esfuerzo!
¿Ya tienes listo el delantal? Póntelo que nos lanzamos a preparar la receta de la red velvet que nos apuntan nuestras amigas Natalia y Cristina. Lo primero, tomamos nota de los ingredientes que vamos a necesitar (para un pastel de 4-6 raciones).
Para el bizcocho:
- 120 gr de leche
- 10 gr de zumo de limón
- 200 gr de azúcar
- 200 gr de remolacha cocida o fresca
- 2 huevos (L)
- 120 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 2 cucharadas de vinagre
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 250 gr de harina de repostería
- 1 cucharada de cacao puro en polvo
- 2 cucharaditas de levadura química
Para el relleno:
- 300 gr de queso cremoso crema
- 150 gr de azúcar glass
- 350 gr de nata para montar
¿Cómo hacemos el bizcocho rojo?
Empezamos elaborando la base de la tarta: el bizcocho. Primero, antes de mezclar los ingredientes de la masa, precalentaremos el horno a 180 ºC y engrasaremos la base y las paredes de un molde desmoldable de 23 cm. Reservaremos.
Ahora sí, prepararemos la masa. Para ello, equiparemos nuestro robot de cocina Companion con la cuchilla para amasar/picar. Luego, en el bol echaremos el azúcar y la remolacha y mezclaremos 30 segundos a velocidad 8. Añadiremos después la buttermilk, los huevos, la mantequilla, el vinagre y la vainilla y mezclaremos 15 segundos a la misma velocidad que antes. Por último, agregaremos la harina, el cacao y la levadura y mezclaremos 5 segundos, en este caso a velocidad 6. Gracias a la potencia de nuestro robot y la acción de la cuchilla especial para amasar y picar, la mezcla queda muy homogénea sin tener que pasar muchos minutos removiendo.
Ahora llega el momento de hornear el bizcocho. Para ello, verteremos la mezcla en el molde que teníamos reservado. Un consejo para que se nivele bien la masa en el molde es golpearlo ligeramente sobre la encimera para eliminar las burbujas de aire. Una vez que tengamos bien asentada la masa, hornearemos entre 30-40 minutos a 180 ºC (sabremos que el bizcocho está hecho cuando, al pincharlo con una varilla, esta salga limpia). Sacaremos del horno, esperaremos unos minutos a que temple para desmoldarlo, y dejaremos enfriar sobre una rejilla.
Preparamos la crema de queso para la cobertura
Primero, tendremos que triturar el azúcar para convertirlo en azúcar glass. Colocaremos en esta ocasión la cuchilla Ultrablade en nuestro robot de cocina Companion y trituraremos 15 segundos.
Ahora sí, elaboraremos la crema de queso. Tras limpiar bien el bol del robot y equiparlo con el batidor, echaremos el queso y el azúcar triturado y mezclaremos a velocidad 7 durante 15 segundos. Reservaremos en un hueco.
El siguiente paso para darle el toque final a la crema será montar la nata. Sin lavar el bol, verteremos la nata y programaremos velocidad 6, sin tiempo, hasta que la nata esté montada. IMPORTANTE: para que la nata monte bien tiene que estar muy fría. Se puede meter unos minutos en el congelador antes de usarla. Por otro lado, sabremos que la nata está montada porque el sonido que hace la máquina al batir cambia y va dejando surcos en las paredes del bol.
Una vez que tenemos montada la nata, la llevaremos al bol donde teníamos el queso con el azúcar y lo mezclaremos todo con movimientos envolventes. Después, pondremos la crema en una manga pastelera con boquilla redonda grande y reservaremos en la nevera.
TRUCO: si no tenemos manga, se puede usar como sustituto una bolsa de congelar alimentos con un pequeño corte en una de sus esquinas.
El paso final: el montaje
Ya tendremos el bizcocho frío y la crema esperando en la manga pastelera en la nevera. ¡Toca dar forma a nuestra tarta! Para ello, primero, si la superficie del bizcocho no ha quedado lisa tras el horneado, procederemos a recortarla para que quede uniforme. Y luego, cortaremos el bizcocho por la mitad, transversalmente.
A continuación, pondremos la parte de abajo del bizcocho sobre un plato, o la fuente donde lo vayamos a presentar y cubriremos esta base de bizcocho con la mitad de la crema de queso con ayuda de la manga pastelera. Colocaremos por encima con mucho cuidado la otra parte del bizcocho y cubriremos con el resto de la crema de queso. Te recomendamos darle un toque especial con unos frutos rojos.
Y ahora, viene lo mejor... ¡Disfrutarla! Invita a tus amigos y/o familiares para que se queden con la boca abierta al probarla. Y para que vean que eres toda una experta en la tarta red velvet, puedes contarles algunas de las curiosidades que rodean a este singular pastel:
1. Hay muchas historias que envuelven el origen y la popularidad de esta tarta. Una de las más extendidas es que sobre los años 30 del siglo XX fue creada en el hotel Waldorf-Astoria de Nueva York. Una clienta quedó prendada de su sabor y solicitó la receta. Se la dieron, pero luego le cobraron en la factura del hotel 350 dólares de más. Enfadada, la mujer decidió repartir la receta por toda la ciudad.
2. Aunque hay quienes usan colorante rojo artificial para darle el característico color a la red velvet, realmente la receta original obtiene ese color por una reacción química natural que se produce con la combinación del cacao y bicarbonato sódico. En este caso, el color rojo obtenido es bastante discreto. Si no se usa bicarbonato, como en nuestra receta, el color se puede obtener de forma natural con un poco de remolacha.
3. Es una de las tartas preferidas para la celebración de San Valentín y también en muchas bodas puesto que su color es el símbolo de la pasión.
4. En 1989, su fama se hizo mayor gracias a la película Magnolias de Acero. Se trata nada más y nada menos que el pastel de boda de una las protagonistas, Julia Roberts. Lo gracioso es que en la película al pastel se le da forma de armadillo.
Seguro que si te quedaba alguna duda sobre si hacer o no la red velvet en casa se te ha disipado con este artículo. Y más sabiendo que con Companion de Moulinex te saldrá un pastel perfecto.