1 bote de espárragos blancos en conserva, lo más gruesos que puedas encontrar
200 g de jamón serrano o paletilla en lonchas finas
4 lonchas de queso fundido
1 huevo
Harina
Pan rallado
Aceite para freír
Cortamos los espárragos por la mitad y les retiramos las puntas. Volvemos a cortar los espárragos por la mitad, esta vez a lo largo y con mucho cuidado para que no se rompan.
Hacemos tiras de queso fundido con el mismo grosor que los espárragos, y colocamos una tira en cada uno de los espárragos, cubriendo con la otra mitad haciendo una especie de bocadillo.
Envolvemos cada pieza con una loncha de jamón, procurando que el rollo cubra todo el espárrago y que esté bien sujeto. Esto es importante a la hora de freír los rollos, para que no se abran.
Pasamos los rollo por harina, luego por huevo y por último por pan rallado. Freímos en una sartén con aceite muy caliente, dejando que se hagan por cada lado tan solo veinte o treinta segundos, lo justo para que el rebozado se dore.
Dejamos que se escurran un poco y los servimos en un plato o en una fuente, acompañados con las puntas que hemos retirado al principio. ¡Seguro que a tus invitados les encantarán!
¿Te ha gustado esta receta? Compártela con tus amigos y seguro que te lo agradecerán. También me encantaría saber cómo preparas tú los espárragos.