La manteca de cerdo no es santo de mi devoción. Siempre intento evitarla por todos los medios. Es más, si leo que una masa lleva manteca, o no la hago, o bien la sustituyo por mantequilla. Pero, como sabéis, este año quise preparar un hornazo en condiciones. Un hornazo de Salamanca de verdad, siguiendo la receta que siempre se había hecho en mi casa. Y para ello era imprescindible comprar mi querida y adorada manteca, porque si quería una buena masa la tenía que añadir sí o sí. No quedaba otra.
Finalmente, el hornazo fue un exitazo y, tengo que reconocer, que la masa quedó excelente. A pesar de ello, a esos 100g de manteca que me sobraron me era muy difícil darles una salida. Tras casi quince días en la nevera, ayer fue el día en que di con la receta que me serviría para aprovecharlos, antes de que se echaran a perder. Una receta tradicional, pero de las que me encantan, y que suelo comprar en navidades: ¡roscos!
Y es que a pesar de mis recelos hacia la manteca, reconozco que son un dulce riquísimo.
Y estos quedaron súper bien. Digo más. Quedaron mejores que cualquiera de los que hasta ahora he comprado, y creedme que han sido muchos. Porque no quedan nada duros, en absoluto (uno de mis mayores temores) y no saben excesivamente a anís (con lo que consigo que también le gusten a mi madre).
Espero que en la imagen se aprecie bien lo blandito que queda el interior.
Y antes de dejaros con la receta, un último aviso: Son adictivos, así que, si los hacéis, procurad tener cerca a algún vecino, familiar o amigo al que endosarle unos cuantos antes de coméroslos todos. En mi caso, fue demasiado tarde. Hemos acabado con todos en una tarde...
Roscos de manteca:
INGREDIENTES (para 9 unidades)
- Para la masa:
110g de manteca de cerdo ibérico
50mL de vino blanco
2 anises estrellados
La ralladura de un limón pequeño (si es grande, ponedle solo la mitad)
325g de harina
3 cucharadas de azúcar blanco
Azúcar glas o icing sugar, para rebozar los roscos
- Para el almíbar:
120mL de agua
120g de azúcar blanco
PREPARACIÓN
Ponemos el vino blanco a calentar 40 segundos en el microondas. Retiramos del microondas y añadimos las dos estrellas de anís. Dejamos reposar unos 10 minutos.
En un bol, ponemos la harina. Añadimos la manteca, ligeramente fundida, el azúcar blanco y la ralladura de limón. Mezclamos primero con una cuchara de madera y, a continuación, con los dedos hasta obtener una masa grumosa.
Agregamos el vino (colado) y seguimos mezclando la preparación hasta que quede fina. Formamos una bola y dejamos reposar en la nevera durante 1 hora.
Precalentamos el horno a 180ºC.
Sacamos del frigorífico y dividimos la masa en 9 partes iguales. Formamos bolas y les hacemos un agujero en el centro, para formar los roscos.
Los disponemos en una bandeja de horno forrada con papel vegetal y los horneamos 25-30 minutos a 180ºC.
Mientras se hornean, preparamos un almíbar clarito. Para ello, calentamos en un cazo el agua con el azúcar, removiendo a menudo. Cuando hierva, lo dejamos reducir durante 7 minutos, sin dejar de remover. Lo retiramos del fuego y lo reservamos hasta que los roscos estén horneados.
Cuando saquemos los roscos del horno, los bañamos con el almíbar (tienen que absorberlo todo) y los dejamos reposar toda la noche. Cuando hayan absorbido todo el almíbar, antes de servirlos, los rebozamos en azúcar glas o icing sugar.
Espero que os hayan gustado.
Un beso muy fuerte.